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GOBIERNO DE CASTILLA al P. Diego de Quiioga, que, por haber sido ya Provincial de Valencia, mayores créditos tenía para ser designado (17). Tales cartas del P. Policio llegaron, por arte del religioso que le asistía en su enfermedad, a manos de otros, quienes sin pérdida de tiempo enteraron al Rey de todo. Felipe III, sabedor del proceder del P. Serafín, se sintió muy lastimado por ello, tanto más cuanto que todo iba en contra de los religiosos a los que él tanto favorecía (18). Con esto quedó el P. Serafín en muy mala posición ante el Rey v ante los demás religiosos. Ni vahó para enmendar la plana el que el Nuncio interviniese con su autoridad en el asunto. El mal estaba hecho y las cosas no podían volver atrás ni cambiar de curso (19). En situación tan penosa y verdaderamente insostenible, eí Patriar­ ca, D. Diego de Guzmán, persuadió al P. Policio marcharse de Cas­ tilla; y, con pretexto de su quebrantada salud y necesidad de tomar baños en Alicante, salió de la Corte y se encaminó a dicha ciudád, donde, pasado un año, terminó sus días el 19 de abril de 1619. Entre tanto que estos últimos y desagradables acontecimientos tenían lugar, se celebraba en Roma el Capítulo General de la Orden, e l.i de junio de 16x8, en el que Castilla fué erigida Provincia. ( 17 ) E! P. Quiroga fué elegido Provincial de Valencia el 30 de enero de 1615 y desempeñó ese cargo hasta el 19 de diciembre de 1618 .—Cfr. A l ic a n t e , m s. c., pp. 423 y 483 . ( 18 ) A. d e G r a n a d a , ms. c., p. 49 . ( 19 ) F. d e G r a n a d a , o . c ., p. 52 .— M o n z ó n , ms. c., ff. 63 - 64 .

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