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doña María Carnicer, esposa del limo. Señor don Diego Savero, can celario del Supremo Concejo de Aragón, a principios del siglo XVII lí. 3. El segundo de los conventos capuchinos de Aragón fué el de Tarazona. Es Tarazona una antiquísima ciudad aragonesa, en la fron tera de Navarra. Tenía sede episcopal, numeroso cabildo catedral, cua tro parroquias, tres conventos de religiosos y tres de religiosas. Esta fundación se tomó el 31 de octubre ce 1599, siendo obispo de la diócesis el limo. Fray Diego de Yepes, y Provincial de Cataluña ti P. Juan de Alarcón. La Orden reconoció por fundador de este ccnvento a don Miguel de Orti, arcediano de Tarazona, qr.e lo edificó asu costa. Convento e iglesia estuvieron bajo la advocación de san José Esposo de María. Dicho señor arcediano amaba sin duda a los capuchinos y los favo reció siempre, pero a la vez dió causa para que 1 g religiosos sufrieran amarga desazón. Era un personaje muy amigo delfausto y gustaba de darse aire de gran señor. Al lado de muy buenasprendas tenía el de fecto de la vanidad, y lo lamentable fué que se srviera precisamente del título de Fundador del convento para hacer otentación de su im portancia. Dotó a la sacristía de ornamentos ce eda, cuando en los demás conventos sólo se admitían los de algodór; bízose labrar un suntuoso sepulcro de mármol, sobre el que se alzab la gallarda efigie del arcediano en elegante traje, y lo hizo colocar a la capilla mayor de la iglesia. Instituyó además un legado para que espués de sus días se le celebrara perpetuamente un aniversario con gtn pompa y solem nidad. Ahora bien, todo eso estaba en violenta opcición con la santa simplicidad capuchina, tan celosamente defendida ior toda la Orden en aquellos tiempos. En la primavera de 1603 el General de la Orcb san Lorenzo c!e Brindis llegó a Tarazona a la visita canónica de auel convento. En trando en la iglesia atrajo sus miradas el soberbio moamento que hemos descrito. Aturdido y poseído de honda pena quedósl Visitador ante semejante cuadro. Condenó ásperamente a los Supriores que habían permitido tamaño abuso, tan contrario al espíritu < las Constitucio nes de la Orden. Excusáronse los religiosos con miifestarle el gran poder del señor arcediano, y que se habían visto prosados a disimu lar aquel exceso por no experimentar mayores desa-imientos. Calló por entonces el prudente prelado; pero, reunido el oítulo provincial 20 LA ANTIGUA PROVINCIA CAPUCHINA DE NAVARRA Y CANTABRIA 17. Successus Ca-puccinorum Prov. Arag.
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