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franciscano nuevas formas de devoción. Mencionaremos las siguientes. Oración de las cuarenta horas.<—A fin de encender el culto de la Eucaristía los capuchinos propagaron por Italia y fuera de ella la O- ración de las Cuarenta Horas, iniciada por el P. José de Ferno en Milán después de la Cuaresma de 1536, y continuada en Francia por el P. Honorato de París y en España por los Padres José (Rocaberti) de Barcelona y Francisco de Sevilla. El Papa Urbano VIII concedió indulgencias a las iglesias de los capuchinos existentes fuera de Italia, en las que se celebre \í. Oración de las Cuarenta Horas. Vía Crucis.—El piadoso ejercicio del Vía Crucis tomó en el siglo XVII. por influjo franciscano, la forma definitiva actual, confirmada por un breve de Inocencio XI en 1686, en que otorgaba indulgencias al que lo practicaba según el uso de los Frailes Menores. Las procesiones a los Calvarios las hallamos ya instituidas en el siglo XVII. «En la ciudad de Pamplona, Viana, Zaragoza y en otros muchos lugares, así de la diócesis de Pamplona como de otros dife­ rentes obispados, los Hermanos de la Tercera Orden suelen hacer en algunos tiempos del año procesiones a los Calvarios que hay en dichos lugares, llevando una cruz o santo cristo; de que se sigue notable edifi­ cación en dichos pueblos». Los Hermanos Terciarios de Los Arcos pi­ den al señor Obispo licencia para hacer semejantes procesiones, saliendo del convento de los capuchinos al Calvario de la villa y terminando la procesión en dicho convento 27. En Fuenterrabía pusiéronse las cruces para practicar este santo ejercicio en abril de 1666. En 1715 la Orden Tercera de Puente la Reina erige un Calvario con limosnas recaudadas del pueblo y del Ayuntamiento. En la villa de Hernani se practicaba el Vía crucis por las calles en 1787. Todavía en el día de hoy esta devoción del Vía crucis por las calles es frecuentada con fervor de espíritu en muchos pueblos de Navarra. Devoción a la Santísima Virgen.—La devoción a la Madre de Dios, principalmente en el misterio de su inmaculada Concepción, fué viva­ mente sostenida por los capuchinos de Navarra. Cada año, el día mismo de la Purísima, antes de dar principio a la novena, el prelado del convento, arrodillado ante el altar, solía LOS CAPUCHINOS DE NAVARRA Y GUIPÚZCOA EN ACCIÓN 419 27. Crónica del convento de Los Arcos , fo l. 25-26

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