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que se intentó muchas veces, especialmente en el siglo pasado, mas parece que Dios quiso concederlo por medio del venerable apostólico varón fray Manuel de Corella, quien en sus repetidas nunca olvidadas cuaresmas inflamó el caritativo celo universal de todas las respetables Comunidades de este pueblo y de todos sus individuos, que a compe tencia acudieron con prontas, cuantiosas limosnas» 10. En 1706 la Casa-Misericordia de Pamplona se hallaba del todo con cluida. «La provincia de capuchinos de Navarra tiene la inmortal glo ria de haber sido un individuo suyo quien con tanto celo exhortó y pro movió la piadosa fundación de la Casa de Misericordia», como opor tunamente recordaba a la Junta de la Santa Casa en 1755 el Provincial P. Gregorio de Villafranca El P. Manuel de Corella murió en el convento de Tafalla el 4 de julio de 1707 12. P. Juan de Barasoain.—El P. Juan de Barasoain, del ilustre linaje de los Azpilcueta, vistió el hábito capuchino el 4 de abril de 1637 y vivió con grande ejemplo de virtud. Fue Guardián en Peralta, Rente ría y Pamplona. Predicó muchas cuaresmas en Navarra con grande aceptación, recogiendo copiosos frutos para Dios. Murió en la villa de Puente la Reina en viaje al capítulo provincial que iba a celebrarse en Los Arcos en julio de 1664. P. José de Tafalla.—Llamóse en el siglo José Donázar; ingresó en la Orden el 28 de junio de 1718. Es uno de los más ilustres religiosos de la provincia navarro-cantábrica. Tuvo, entre otros cargos, el de Ministro Provincial. Fué predicador excelente. El Señor Nuncio de España le concedió la facultad de hacer misión en todos estos reinos, LOS CAPUCHINOS DE NAVARRA Y GUIPÚZCOA EN ACCIÓN 411 10. Exposición presentada por la Tunta de la Casa Misericordia a la Ciudad en 15 de junio de 1767 (Libro de autos de la Casa-Misericordia de Pamplona , fol. 294). 11. En junio de 1755 el P. Gregorio de Villafranca, Ministro Provincial, presentó a la expresada Junta un memorial en que después de referir el proyecto que de tiempo atrás tenían los capuchinos de edificar dentro de las murallas una enfermería, suplicaba se les cediera en la Casa-Misericordia un sitio donde pudieran edificarla a sus expensas, quedando los religiosos obligados a cumplir sin estipendio alguno todas las obligaciones y cargas que hasta entonces habían tenido los capellanes de la Santa Casa. A pesar del informe favorable de la Junta, el Ayuntamiento decretó no haber lugar a lo que se pedía (Ibid., fol. 218 y siguientes).—E l Bullarium Cap. señala como promotor de la Casa-Misericor dia a un P. Manuel de Pamplona, que nunca ha existido (BuU. Cap ., V , 352). 1 2 . Libro de cosas notables del convento de Tafalla, fol. 228. v éase sin embargo ClÁUERIZ, Capuchinos ilustres, t. I, p. 230.
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