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que el P. Provincial les señalare, el cual habría ya avisado a los pue­ blos. Obtenido el consentimiento de éstos, debían presentarse los mi­ sioneros, personalmente o por cartas, al Ordinario del territorio para recibir también de él su misión y las instrucciones que tuviere por con­ veniente para el más abundante fruto espiritual, como también su re­ comendación para los respectivos párrocos 5. Los capuchinos navarros de aquellos tiempos recurrieron también a los Ejercicios espirituales como medio de singular eficacia para la santificación ds los individuos. A ellos correspondió desempeñar una parte de la labor a que se dedicaban los Padres jesuítas antes de su expulsión, en 1767. En el inmediato año de 1768 el Definitorio provin­ cial autoriza al Guardián de Pamplona para hacer una enfermería para recibir las personas que vienen a hacer ejercicios. El Obispo Irigoyen, antes de su consagración, hizo ejercicios bajo la dirección del Padre Tomás de Burgui, de quien, ya obispo de Pamplona, se servia para darlos a las monjas de su jurisdicción. Este mismo celosísimo Prelado, por junio de 1777, instó a los re­ ligiosos capuchinos y a los franciscanos de Olite y de Zarauz para que, distribuidos por partidos, diesen los ejercicios a todos los eclesiásticos de su obispado. En semejante ocasión señalóse entre los demás el P. Nicolás de Eslava, quien a requerimiento del mismo llustrísimo Pre­ lado, publicó un libro de meditaciones propias de eclesiásticos, titu­ lado El sacerdote en el retiro de los santos Ejercicios• Imprimióse en Pamplona el año de 1779. 2. Como quiera que los predicadores fueran los que más contri­ buyeron al mucho bien realizado por la provincia, pondremos aquí una lista, por lo demás muy incompleta, de aquellos sujetos que en su tiem- jo gozaron fama de buenos predicadores. P. Buenaventura de Aoiz.—Ingresó en la Orden el 18 de enero de 1622. Fué el fundador y primer Comisario General ce la custodia de Navarra. De su3 virtudes religiosas y de su personalidad ccmo hombre apostólico tratóse ya en páginas anteriores. Recordemos aquí que en la predicación fué uno de los más excelentes de su tiempo. Las ciuda­ des y los lugares más populosos de Aragón y Navarra le procuraban con particular solicitud para que les predicase, movidos de los frutos espirituales que experimentaban los que le oían. Pocos años antes de 408 LA ANTIGUA PROVINCIA CAPUCHINA DE NAVARRA Y CANTABRIA 5. Ordenaciones del P. Colindres para los Seminarios de Misionistas Capu­ chinos de España. Arch. Prov. Cap. Nav.—P. General.

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