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Tudela y por Maestro de novicios al P. José de Corella. En agosto de 1659 pasó el noviciado con el mismo Maestro al convento de Pam­ plona, y en 1662 al de Cintruénigo. En 1667 nombróse Maestro de novicios al P. Francisco de Puente la Reina, religioso de gran espíritu. En abril de 1670 fué substituido en el cargo de Maestro por el P. Anto­ nio de Idiazábal, mas sólo por breve tiempo, pues en 1672 pasó con el mencionado P. Francisco de Puente a las misiones de Venezuela. En 1696 el noviciado se traslada de Cintruénigo a Tafalla, para volver de nuevo a Cintruénigo, por ser casa más proporcionada al reco­ gimiento y abstracción del trato de seglares. En 1724 el noviciado colócase en Peralta, «porque el convento de Cintruénigo era ocasionado a muchas enfermedades, como lo tenía mostrado la experiencia». De Peralta pasa a Los Arcos en 1727. En 1751 fíjase definitivamente en Cintruénigo la casa de formación de los novicios. A fin de dar a los nuevos en la Religión una enseñanza uniforme con base sólida, compuso el P. Pedro de Aliaga el precioso libro: «Modo de bien obrar practicado en el día del Capuchino» 3. En 1684, el P. Aliaga se hallaba de Maestro de novicios en el convento de Tarazona ; poco después pasó con el mismo cargo al con­ vento de Mallorca. El libro «Modo de Dien obrar» es el vademecum del perfecto capuchino y desde su aparición anduvo siempre en las manos de los novicios capuchinos de Navarra. 2. Los jóvenes recién profesos debían ejercitarse dos años por lo menos en la vida espiritual y en la disciplina regular antes de comen­ zar los estudios, o de reanudarlos cuando los habían comenzado en el siglo 4. Era ésta una prescripción a la que los capítulos generales daban una máxima importancia. En la provincia de Navarra esa pres­ cripción se guardó rigurosamente y sólo rarísima vez se acudió al General de la Orden por la dispensa en este punto. Guardóse asimismo con rigor la constitución de la Orden según la cual los jóvenes, aún después de la aprobación, debían estar sujetos LOS CAPUCHINOS DE NAVARRA Y GUIPÚZCOA EN ACCIÓN 391 3. Publicóse en Zaragoza, por los herederos de D iego D o rm e r, en 1684. Creemos que L a ta s a comete un error cuando habla de ediciones anteriores a esa fecha. (B ib lio te c a t. I , p _ 46-47). L a obra del P. A lia g a publicóse sucesiva­ mente en M allorca (1690) y en Pamplona (1752 y 1785). 4. Constit. de 1575 y 1643, cap. 9.

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