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LOS CAPUCHINOSDE NAVARRA Y GUIPÚZCOA EN ACCIÓN 379 ladaron pronto al valle de los Macoaes. Hostilizados por los salvajes, tuvieron que mudar la Misión. En 1716 concedióseles escolta para entrar a la conversión de los Motilones y de otras tribus. En 1721 los misioneros habían fundado tres poblaciones en la Gobernación de Maracaibo: una de indios Atiles, otra de Ataguas y la tercera de Ataes 17. Según los informes del P. Silvestre de Vata, en 1745 tenían los misioneros en la sierra de Perijá varios pueblos: Piche, Apón, Atacoa, Naranjo, Minacoa, Tinacoa y otros. La mayor parte de ellos se deshicieron casi en su principio, por haber deser­ tado al monte sus pobladores. Por esta causa los Padres valencianos no pudieron entregar a la Misión de Navarra más que dos de aquellos pueblos 18. No puede precisarse el día de salida del navio que llevó a los mi­ sioneros a las playas americanas; sabemos únicamente que la entrada de la Misión de Navarra en la región de Perijá fue por marzo de 1752. Probable es que antes de lanzarse a descubrir y amansar los bárbaros de aquellas sierras, hubiesen permanecido algún tiempo en la compa­ ñía de los Padres valencianos, sea en el hospicio de la ciudad de Ma­ racaibo, sea en algún otro establecimiento de la Misión. Esta conjetura se basa en una disposición de las Constituciones por las que se regían las Misiones de los capuchinos españoles en Indias. «El Prefecto y los Conjúdices dispongan y elijan uno de los pueblos en cada una de nuestras misiones, el que les pareciere más a propósito, para casa de Seminario, donde los nuevos misionarios que fuéremos enviando de España, a vista y con el ejemplo de venerables ancianos y antiguos en la misión, estén seis meses más o menos, según vieren que conviene, aprendiendo el idioma de los indios, la forma de reducirlos y doctrinar­ los, con todo lo demás que debieren observar con ellos, para su mayor aprovechamiento, aumento y progreso de nuestras Misiones» l9. 5. Todos los religiosos, de cualquier Orden que fuesen, desde el momento que se embarcaban se ponían bajo la inmediata jurisdicción 17. Inform e presentado por el P. José de Soria, Prefecto de las misiones, al Sr. Conde de la Cueva, virre y de Bogotá (B ib l. N a c. de M a d rid , ms. 3.570). 18. Carta del P. Pedro de Fuenterrabía al P ro vincia l de N a v a rra , 6 de ju lio de 1783. M em orial del P . Pedro Felipe de C intruénigo al R ey, año 1762. Volveremos a mencionar este escrito en este m ismo capítulo. 19. Ordenaciones hechas para las Misiones y sus m isionarios de las Indias Occidentales, núm . 6 ; publicadas en C ó r d o b a , Brevis notitiat pp. 141-156.

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