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LOS CAPUCHINOS DE NAVARRA Y GUIPÚZCOA EN ACCIÓN 355 los apasionados de Madrid, en que se explicaban que dicho Señor don Lorenzo estaba destinado para obispo de Pamplona, aunque la Consul­ ta no había subido aún al Rey nuestro Señor, pero que se esperaba opor­ tunamente para dicho efecto. »A últimos de mayo deste mismo año vino la noticia formal de la elección, y al siguiente correo vino la real Cédula en que se le hacía esa gracia. Escribió dando las gracias y aceptando el cargo. Luego de­ terminó pasar a Calahorra a hacer protesta de la Fe ante aquel Ilustrí- simo. Lo que practicó a principios de jimio. Con este motivo le convida­ mos con nuestros conventos de Tafalla y Peralta para su hospedaje; admitió gustoso, aunque solamente tuvo el gusto de estar a la ida y vuelta en el convento de Peralta, en donde estuvieron dicho señor y los demás de su comitiva muy gozosos y satisfechos del aseo, buen trato y regalo con que aquella Comunidad los cortejó . »En el convento de Tafalla no pudo el Sr. Obispo tener ese gusto de hospedarse, porque el arcediano de Cámara que le acompañaba tenía casa propia allí, administrada por un señor sacerdote» 4. El 25 de mayo de 1771, Témporas de la Santísima Trinidad, el Se­ ñor Irigoyen celebró Ordenes mayores y menores en el convento de capuchinos de Pamplona. Concluidas las funciones de la ordenación, mandó su lltma. que fuese la procesión de los ordenados al convento de San Pedro, como se hizo. La ofrenda de cera que ofrecieron los orde­ nados la dejó de limosna al convento. Cada ordenado ofreció una vela de media libra, y llegó la limosna de cera a cuarenta libras, la que recogió el P. sacristán para el culto divino. Su lltma. comió en el con­ vento con toda su familia, secretario, capellanes y pajes, en compañía del P. Guardián fray Matías de Rincón, de su hermano el P. Francisco de Rincón, ex Provincial, P. Tomás de Burgui, Definidor y algún otro Padre, en el refectorio después de la Comunidad. En 1777, día de los toros de San Fermín, con toda su familia, ca­ pellanes, algunos prebendados y catedráticos del Seminario, fué desde la mañana a pasar el día en el mismo convento de Pamplona, llevando todo lo necesario para el gasto de la comitiva y Comunidad. A la tarde hubo refresco de agua de limón con abundancia de bizcochos, que en­ viaron las monjas de San Pedro el día de la Visitación y el P. Guardián los reservó para este día. A los pajes y seminaristas que vinieron a pasar la tarde en la Casa Colorada se les dió una abundante merienda 4. Libro de Anotaciones, p . 182 s.

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