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LO S CAPUCHINOS D É NÀVÀRRA Y GUIPÚZCOA EN ACCIÓN tiembre de 1759. La elección y colocación de los Guardianes se hizo en la forma siguiente: Pamplona, P. Francisco de Rincón; Rentería, P. Bernardo de Añorbe ; Tudela, P. Pedro de Los Arcos ; Peralta, P. Dionisio de Lerín ; Cintruénigo, P. Bernardo de Corella ; Los Arcos, P. Ildefonso de Corella ; Tafalla, P. Tomás de Burgui ; Fuenterrabía, P. Esteban de Vera ; Lerín, P. Lorenzo de Los Arcos ; Valtierra, P. Francisco de Cortes ; Vera, P. Manuel de San Sebastián ; Elizondo, P. Simón de Lácar, Presidente. 8. Hacía muchos años que la Provincia de capuchinos de Naverra solicitaba edificar, dentro de las murallas de la ciudad de Pamplona, una enfermería en que los religiosos enfermos pudiesen ser asistidos sin los graves perjuicios e inevitables inconvenientes que la grande distancia del convento les ocasionaba frecuentemente; aconteció unas veces morir un religioso por no poder acudir, después de cerradas las puertas de la plaza, a médico, cirujano, ni farmacia; otras veces, como los religiosos eran visitados de pura caridad, no podían los médicos visitarlos ni aún de día en la estación calurosa del verano, ni en los rigurosos hielos y nieves del invierno. Por esas razones «y porque la mencionada provincia tiene la inmortal gloria de haber sido un indivi­ duo suyo, quien con tanto celo exhortó y promovió la piadosa funda­ ción de la dicha Casa de Misericordia, para que en ella se grave más la memoria de los fervorosos deseos del Rvdo. y venerable Padre fray Manuel de Corella», el P. Provincial y Definidores presentaron a los señores que componían la Junta de la Casa-Misericordia de Pamplona un memorial suplicándoles les cedan en la Casa-Misericordia un sitio en que la provincia pueda edificar a sus expensas la enfermería que desea, obligándose por su parte a servir y cumplir sin estipendio alguno todas las obligaciones y cargas que hasta entonces habían tenido los capellanes de la Santa Casa y aplicarse al bien espiritual de los pobres, así como lo practican los capuchinos en varias Casas de Misericordia enFrancia y en varios hospitales y hospicios de galeras en Italia. Los miembros de la Junta, protectores de la Casa-Misericordia, apoyaron la petición de la Provincia, poniendo de manifiesto, en otro