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3 2 4 LA ANTIGUA PROVINCIA CAPUCHINA D E NAVARRA Y CANTABRIA asimismo las Comunidades religiosas, que lo hicieron en la forma si­ guiente : Los Padres dominicos, cuatro con el Prior; descalzos, catorce ; agustinos, doce; observantes, dieciocho; mercedarios, doce; jesuítas, diez ; carmelitas calzados, doce ; trinitarios, seis. Las monjas enviaron sus capellanes : las de San Pedro, dos ; Santa Engracia, cuatro ; recole­ tas, tres ; y las descalzas, uno. Bajaron también al convento a visitar al P. General el Sr. Virrey Conde de Gages, el Sr. Gobernador, el coronel del regimiento de Vito­ ria, el Prior de la Catedral, el Prior de Velate, el Sr. Arcediano de Tabla, el Sr. Arcediano de Cámara, el alcalde de la ciudad, los señores del Real Consejo de Navarra, y todos los caballeros de distinción, y muchas personas particulares. El Rvdmo. P. Ferrara, mientras estuvo en Pamplona, repartió va­ rias Cartas de Hermandad a personas de distinción y afectas al santo hábito, entre las cuales fueron las tres Comunidades de monjas de San Pedro, Santa Engracia y Madres recoletas, que hicieron el mayor apre­ cio ; al Sr. Virrey Conde de Gages; a su hermano el Sr. Barón de Du- mont; al Sr. Gobernador de la plaza don Jaime de Silva ; al Sr. Obispo Don Gaspar de Miranda y Argaiz; a la Diputación; a la Corporación municipal y al Cabildo de la Santa Iglesia Catedral. Cuando los religiosos quedaron solos, empezó el Rvdmo. la visita, a que dió fin el 7 de septiembre del mismo año 1750. Dejó varias ordenaciones, cuyo original ha desaparecido. Sabernos con todo que entre otras cosas dispuso lo siguiente : Que no haya pasantes o maestros de estudiantes, por considerar que no son convenientes. Que persista el cargo de Procurador de Corte, pero no con el nom­ bre de procurador, sino de Agente de negocios. Que en el próximo capítulo se proponga y se ponga a votación el plan de formación de dos custodias, a fin de que en ellas se repartan con igualdad los empleos honoríficos de la Orden y se quite de la pro­ vincia toda facción. Manifestó que por varias razones no le pareció conveniente con­ vocar capítulo, sino antes bien decretó su prórroga por tres o cuatro meses. En la madrugada del día 9 de setiembre de 1750 el P. General y su comitiva partieron para Francia. Acompañáronles dos religiosos hasta dejarlos en Bayona. Hasta la entrada en territorio francés hizo el gasto la Provincia, y después corrió de cuenta de los franceses. El día que salió el Revdmo. de Pamplona comió en Zubiri e hizo

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