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LOS CAPUCHINOS DE NAVARRA Y GUIPÚZCOA EN ACCIÓN 155 para esperarle, atropellándole en la primera ocasión , con tan grave nota de todo el reino, así eclesiásticos com o seglares» 5. A lgun os Padres navarros pasaron de la provin cia de A ragón a la de Castilla, «quizás acosados de la opresión que padecían con los ara­ goneses, con ocid os allá por religiosos aprobados en letras, virtud, ce lo y prudencia» 6. Quejábanse también los navarros de que los aragoneses rechazaban buenas vocaciones. Rechazaron a un h ijo de doña Mariana Cruzat, el cual, con el secretario T reviño, hubo de profesar en la O rden carm e­ litana, acreditando en ella con el tiempo excelentes prendas y notable aprovecham iento. Caso pa recido su ced ió con don Bartolomé de O co , caballero de Santiago, que se h izo jesuíta 7. En la segunda parte del expresado memorial se propone la forma en que podría llevarse a efecto la separación. 1. La custodia de Navarra y Gu ipú zcoa quede separada entera­ mente de A ra gón y unida a Castilla ; y en cada cap ítu lo de la p rovin ­ cia de Castilla dése a la sobredicha custodia un Defin idor y un Custo­ d io, navarro o gu ipuzcoano. 2. En los conventos de Navarra y Gu ipú zcoa los Guardianes sean navarros o gu ipuzcoanos, y todos los religiosos moradores de dichos conventos sean del m ism o m odo navarros o gu ipuzcoanos. 3. En la custodia haya una casa de n ov iciad o y otra para curso de artes y teología, donde el Maestro de novicios, los n ovicios, el L e c­ tor y estudiantes sean también navarros y guipuzcoanos. 5 . E l P. F ran cisco de Pam plona se acreditó com o uno de los m ejores predicadores de España. Sus sermones de cuaresma en V alen cia, G erona, Bar­ celon a y Tarragona hicieron época entre los fieles. Esta popularidad le atrajo las persecuciones de los émulos y, so color de un testimonio que le levanta­ ron y que con el tiem po resultó ser incierto, tuvo que abandonar la O rden capuchina, para ingresar en la de los T rinitarios D escalzos, en cuya R eligión acrecentó sus triunfos, celebrados sin tasa en la Corte. L os Superiores de A ragón hicieron reiteradas gestiones cerca del enton­ ces P . Velázquez para que reingresara en los capuchinos, queriendo enmendar el yerro ; mas él rehusó h acerlo y se mantuvo de predicador en Madrid. (D a ­ tos tom ados de la In form ación que con autoridad del N u ncio se hizo en 1652 sobre la con venien cia de la separación de navarros y aragoneses, pp. 15 , 49 , 63 y 84 en A rch. de N a v ., n eg. ecles., le g . 2 .°). Este P. F ran cisco es autor de una obra, que no llegó a im prim irse, acerca de los orígenes de Guipúzcoa. Véase la correspondencia relativa a ese tra­ bajo histórico en el A rch. de Guipúzcoa, sección IV , n eg. 7 , leg. 6 . 6. Advertencias pora un memorial, e n M Ú G IC A , Indice c it. 7 . In form ación citada de 1652 .

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