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LOS CAPUCHINOS DE NAVARRA Y GUIPÚZCOA EN ACCIÓN 141 Despachados favorablemente los asuntos en R oma, Fr. F rancisco se puso en cam ino de España. Por segunda vez llegóse hasta Felipe IV , a quien refirió los adelantos de la M isión del C ongo y le anunció la p ró xima partida de un nuevo contingente de m isioneros, dispuesta por la Santa Sede. Una vez más púsose de manifiesto el ce lo que por la d ilata ción de la Fe sentía aquel M onarca, com o asim ismo su regia magnani m idad ; pues, una vez que oyó a su antiguo soldado, con ced ió su venia para el embarque de los nuevos m isioneros y se o fre ció a sufragar el pasaje de todos ellos. La noticia del aumento de m isioneros para el C ongo divu lgóse pron to por todas partes, e inmediatamente comenzaron a llover peti ciones para el alistam iento, así de Italia com o de España. Los Prelados de la Orden, al pronto, escogieron catorce, o ch o italianos y seis espa ñoles. Los cuales hiciéronse a la mar en el puerto de Cádiz el 4 de octubre de 1647, en navio inglés fletado por un capitán español, que lo llamó «San F ran cisco». Los m isioneros emplearon en el viaje cin co meses. 7. Por los días en que Fr. F rancisco se hallaba en R oma, la C on gregación de Propaganda Fide dió un decreto cuyas principales cláu sulas son las siguientes : 1. Que a la p rovin cia de Darien, rica en oro, se envíe una Misión de cuatro capu ch in o s ; y que con esa Misión vaya Fray F rancisco de Pamplona, a quien la Congregación asignará cincuenta escudos. 2. Los referidos cuatro capuchinos deben ser elegidos por el Nuncio de España, con el con sejo y ap robación de los P rovinciales y de un D efi n idor por lo menos, de las provin cias a que pertenezcan los que fueren elegidos. 3. Debe ser in clu ido en ese número el P. Buenaventura de A oiz, si se juzgare idóneo para la expresada Misión. 4. De los cuatro capuchinos será declarado P refecto aquel a quien el Nuncio, con el m encionado con sejo, juzgue más idóneo para la pre fectura. 5. Escríbase al expresado Nun cio que trate con el R ey C atólico y con sus ministros, a fin de precaver dificultades que pudieren poner a esta m isión. Ha de hacérseles presente que para m isioneros se han escog ido a los capuchinos especialmente, porque aquel país, muy rico en oro, exige religiosos ajenos de toda cod icia de riquezas, com o son los capu ch inos ; y a la vez, porque los indicados Padres m isioneros no harán a llí nuevas fundaciones, puesto que su R eligión no permite que en tan remotas partes se hagan conventos que no podrían ser visitados
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