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LOS CAPUCHINOS DE NAVARRA Y GUIPÚZCOA EN ACCIÓN 13? viaje y del gran fru to que consigu ieron con él, lo cual condu ce para la gloria de D ios, ed ificación de los fieles y ejem plo de los religiosos que cada día pasan a predicar la fe a tierras de infieles. »C on ser al parecer d ifícil de com poner en un bajel la vida regu­ lar, lo consigu ieron los m isioneros y pudieron casi por todo el viaje continuar los ejercicios espirituales- de ora ción y m ortificación que practica la Orden cuotidianamente en sus conventos. De iglesia y ora­ torio les servía la cámara de popa ; allí se celebraban al día dos Misas a lo menos, y no en seco, y los que no las decían, hasta llegar su turno, comulgaban en la primera y daban gracias en la segunda. Pero en los días de precepto la decían todos, si no es cuando se alborotaba el mar. El tiempo se repartía, así de día com o de noche, con uniforme regula­ ridad, y tal que parecía haberse convertido el navio en monasterio muy reform ado. T ocábase la campana a las horas dispuestas, y con su señal acudían luego a la cámara de popa, y todos juntos ejecutaban los actos de comun idad que estila la R eligión . »A tend ían asim ismo al bien espiritual de los seglares, enseñándo­ les cada día la doctrina cristiana y exp licándoles los m isterios de nues­ tra santa fe . T res días en la semana les hacían pláticas espirituales, y los dom ingos y fiestas se les leía la vida de algún santo, y después, el que leía hacía sobre ella algunas reflexiones y ponderaciones morales, convenientes al auditorio. A todo asistían así el capitán com o el p iloto y todos los oficiales y marineros. Pero sobre todo, en lo que se puso mayor d iligen cia fué en la frecuen cia de los Sacramentos, lo cual se log ró de suerte que era para alabar a D ios el ver tantas con fesiones y comuniones en los dom ingos y fiestas, cosa que aun en los m ismos ma­ rineros les causaba adm iración , por no haber visto jamás otra seme­ jante, ni más devota y religiosa navegación . Para dar p rin cip io al día se decían, en amaneciendo, las Letanías mayores, implorando el au­ x ilio de D ios y la intercesión de los Santos. Por la tarde, antes de reco­ gerse, cantaban con solemnidad y d evoción las de Nuestra Señora de­ lante de una imagen suya, para lo cual ponían dos bujías en sus fa ro ­ les. De noche les asistían también los religiosos acompañándoles y dán ­ doles saludables consejos, cuando ellos, por sus cuartos, hacían la cen ­ tinela. Con eso se evitaban p láticas impertinentes, y a veces perjud i­ ciales, en que suelen ocupar el tiempo para no dejarse vencer del sueño y estar más vigilantes. »P ero com o el ejem plo mueve mucho más que las palabras, en él principalmente pusieron los religiosos el mayor estudio. Adm irában ­ se de ver al P refecto y a los demás Padres barrer la popa del navio, ser sacristanes a semanas y ayudar a los marineros y grumetes en cuan

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