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LOS CAPUCHINOS DE NAVARRA Y GUIPÚZCOA EN ACCIÓN c ía ; Padres Juan de Santiago y Buenaventura de C.erdeña, de la de Castilla ; y el hermano lego Jerónimo de la Puebla, de la de A ragón ; todos los cuales fueron hombres de gran virtud y de adm irables pren das para el m inisterio, com o nota Angu iano. P o c o a p o co , durante el año 1644, fueron llegando a Sevilla los m isioneros, hasta el número de d oce. Hacia fines del m ismo año p a saron a Sanlúcar de Barrameda. A p oca dislancia de esta ciudad y dando vista al puerto, se alzaba la iglesia de los capu ch inos ba jo el título de Nuestra Señora del Buen V ia je , muy venerada en aquellos con tornos, especialmente por los navegantes. En aquella devota m o rada permanecieron los doce hasta el amanece': del 21 de enero de 1645, día señalado para la salida del barco. Ese día, después de recibir en la iglesia la bend ición solemne con el Santísimo Sacramento, los m i sioneros se dirigieron procesionalm ente hasta la nave, acompañados de todos los religiosos. Momentos antes de subir a bordo, el P. Guardián d ióles el óscu lo de paz, esforzándoles a la ardua empresa en nombre de D ios. La escena, que fué tiernísima, se desarrolló en presencia de un p ú b lico numerosísimo. T odas las dificultades para la salida de ia exped ición habían sido vencidas por la energía y constancia de fray Francisco, com o lo hace constar el P. Prefecto, escribiendo al Secretario de Propaganda Fide. «A fray F rancisco •—-dice— estamos todos muy ob ligados por lo que ha hecho por este nuestro embarque, ya que, a no ser por él, nada se hubiese h echo... Para que V . lima, vea lo que debemos a d ich o fray Francisco de Pamplona, ayer por la tarde vino a este convento (de Sanlúcar) un caballero am igo suyo, llegado de Sevilla con el fin de hallarse presente a nuestra p a r tid a ; quien, además de lo mucho que nos ha dado para este nuestro viaje en diversos objetos, que importan más de 300 ducados, y aún quería hacer más, d ijo : «Y o quiero quedar me en Sevilla com o procu rador de vuestra M isión, y y o sólo me en cargaré de proporcionar siempre cuanto sea necesario a todos los reli giosos que vengan en todo tiempo para pasar a la M isión, procu rán doles el pasaje y cuanto les haga falta» 2G. La misma Sagrada Congregación declaró a Fr. F rancisco principal fundador de la M isión del C ongo. Qu in ce días hubo de permanecer la nave anclada en el puerto, a 26. Carta del P. Alessano al Secretario de Propaganda, Sanlúcar de Ba rrameda, 18 de enero de 1645. (Arch. de Prop. Fide, 108, fol. 170; traducción española en Bol. Cap. Nav., t. III, 1948, p. 144).
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