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LOS CAPUCHINOS DE NAVARRA Y GUIPÚZCOA EN ACCIÓN 127 más hum ildes de la casa, y dar pruebas claras de su voca ción a la vida capuchina. T a l era la práctica exigida p o r las Constituciones de la O rden. Pasada esta primera prueba se le adm itió al hábito. An te el altar de la pequeña iglesia de los capu chinos de Tarazona desarrollóse la sencilla al par que impresionante ceremonia en que el p reclaro postu ­ lante cam b ió el vistoso manto ro jo de caballero de Santiago por el hum ilde sayal de un n ov icio c a p u c h in o ; el cin turón m ilitar por la tosca cuerda fra n ciscan a ; el nombre, célebre ya, de Don T ibu rcio de R edín por el de Fray F ran cisco de Pamplona. Uno de los mejores soldados de España se ha hecho soldado de Cristo. El suceso que acabam os de referir ocu rrió el d ía 26 de ju lio del año 1637 H, siendo P rovin cia l de A ra gón el P . fray Luis de Z a ra g o z a ; Guardián y Maestro de n ov icios, el P. fray Buenaventura de Maluenda. La heroica resolución del Señor de R edín tuvo resonancia por toda España, causando estupor y ed ificación en la nación entera. En una carta sin firma dirigida al P. Pereyra, S. J. — M adrid 18 de agosto de 1637— se le e : «L o que hay que avisar a V . R . es que T ibu rcio Redín , caballero del hábito de Santiago, ha escog id o m ejor m ilicia y se ha retirado a ser capu ch ino lego. Era de los mejores soldados que el R ey tenía y de más resolu ción ; mas esta última le importará más a él, porque con ella asegurará lo que es de más im portan cia». En la citada carta pub licada en las N oticia s de Madrid se d i c e : «E l duque de N o­ chera, general (del ejército de Navarra en la fron te ra ), anda amance­ bado con una guipuzcoana, con harta pub licidad y e scá n d a lo ; si bien el m ismo ejército p rodu ce juntamente ejem plos de virtud y piedad, habiendo el Maestre de Campo Don T ibu rcio R edín dejado la m ilicia seglar y acogídose a la de Cristo, haciéndose lego capu ch ino en el convento de Tarazona». H ech o tan sonado dejó, com o es de suponer, una estela de com en ­ tarios y habladurías. En una carta, escrita al m en cionado Padre P e­ reyra p o r el P. Sebastián González, S. J., se d ice que «don T ibu rcio R e ­ dín, descontento con el de Nochera, se ha m etido fraile capu ch ino ls. En la ya citada carta de 20 de agosto del m ism o año se recoge la hablilla que corría por la corte, de que «el verdadero m otivo que le ha ob ligad o a empeñarse en una resolu ción tan grande, ha sido que le han preferido (para un ca rgo en 'los ejércitos de Navarra) a don Luis P once, que 14. El ingreso de Redín en la Orden capuchina debe fijarse, sin lugar a duda, en el año 1637, no en el siguiente como lo hace el Marqués del Amparo. 15. Carlas de los Jesuítas, loe. cit., p. 173.

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