BCCCAP00000000000000000000154
girone lo rehusó, alegando que jamás en su vida de capu ch ino había usado o lro carruaje que el de sus pies, y ahora, en el actual viaje a través de Europa, el de su muía. Las religiosas del monasterio de San P edro, vecin o del de capu chinos, experimentaban v iv o anhelo de recib ir la bend ición del siervo de D ios y no om itieron m edio alguno para consegu irlo. El santo General d ióles ese con su elo. Las buenas m on jas pusieron en movim iento a los principales caballeros de la ciudad hasta lograr que en magnífica cabalgata escoltaran al capu ch in o hasta las puertas de su monasterio. Cum plido el deber de V isitador, despidióse de Pamplona y salió para A ragón . R ecorrió los más de los conven tos de aquel reino y puso fin a la visita celebrando cap ítu lo en Calatayud, del 12 al 15 de agosto. De Calatayud se d irig ió a Castilla. L legó a M adrid el 31 de agos to. Por esquivar las aclamaciones de la multitud, h izo su entrada en el convento de San A n ton io a media n oche. E l 2 de septiembre reci b ía lo en audiencia el R ey Don F elipe IV . En una nueva aud ien cia el 27 del m ismo mes trató el P. Caltagirone con el m onarca lo con cern ien te a la m isión d ip lom á tica que traía de parte d el Sum o Pontífice para la Corte de Madrid 21. Puso fin a la visita de Castilla celebrando cap ítu lo en Toledo el 9 de o c tu b r e ; después de lo cual se encam inó a A nd a lu cía . H a ce la v isi ta de esta provin cia , a 30 de noviembre preside el cap ítu lo en G rana da y parte para V a len cia . E l 9 de m arzo d e 1649 lo encontramos en B a rcelon a ; el 12 de abril preside en T u ir (R osellón ) el cap ítu lo de la provin cia de Cataluña. Pasa después a F rancia, donde ha de visitar las provin cias de 1olosa y la de Provenza. El 30 de d iciembre de 1649 el General Caltagirone está ya de vuel ta en Roma, después de una peregrinación de más de seis años al tra vés de todos los países ca tólicos de Europa. El viaje del P. Inocen cio de Caltagironeque acabamos de describir fué un viaje triunfal. La fama de santidad que le precedía arrastra ba a la multitud a postrarse ante el v iajero para ped ir su bend ición , besar su hábito y recortárselo com o reliquia. D eclara a este propósito un testigo o cu la r : «Fu i testigo de vista del increible número de visitas, de aplausos, de honores, com o jamás se h icieron a religioso alguno, por grande que fuera la fama de san 21. Sobre la misión diplomática del P. Caltagirone a la Corte de Madrid : véase P. Samuele di Chiaramonte en Collect. Franc., IV, 1934, 59-80 ; v. 1935, G8-109. 11C, LA ANTIGUA PROVINCIA CAPUCHINA DE NAVARRA Y CANTABRIA
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz