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tes los d ichos Padres, pretendió el P . General prosegu ir en la p rop o ­ sición . A lgunos vocales representaron que no se debía tratar en n egocio tan grave com o hacer leyes y estatutos de la R elig ión hallándose ausen­ tes los Padres de España y de Francia, que eran la parte prin cipa l de las provin cias ultramontanas, y así, que ellos no querían con cu rrir asim ismo en tal p roposición . Y , altercando mucho este punto, finalmente se licen ció la C ongregación y no se trató más de este punto 16. »Después Su Santidad sacó un breve en que confirmaba las C ons­ tituciones antiguas, añadiendo otras nuevas que en cap ítu los anteriores se habían ya a dm itid o ; con que las nuevas se dejaron del todo, haciendo dellas algunos apuntamientos por la Defin ición General» ,7. Las nuevas Constituciones salieron en castellano con este tít u lo : «Constituciones de los Frayles Menores Capuchinos de San Francisco, aprobadas y confirmadas p o r Nuestro Muy Santo Padre el Papa U r­ bano V III. T raducidas de lengua italiana en castellano». A ñ o Í644, Madrid, por Carlos S án chez; 107 págs. en 4.°. Júzguese ahora de la importancia de la resolu ción tomada por los V o ca le s españoles en su junta de V a len cia . A ellos principalmente se debe la reposición de las Constituciones antiguas, com o también el progreso realizado en el asunto de la paridad de votos. 7. El Capítu lo General de 1643, al adopta? las disposiciones que dejamos dichas, con ju ró una de las más graves situaciones que haya atravesado la Orden capuchina. Aquel ambiente de inquietud y de rece­ lo que envolv ió las primeras funciones capitulares trocóse en una atmos­ fera de tranquilidad y de confianza, que se extendió pron to a toda la R elig ión . Cesó la peligrosa agitación y renació la calma. No p o c o con tribuyó a la pa cifica ción de los espíritus la elección que se h izo en el gran S iervo de D ios (actualmente en vías de bea ti­ ficación ) P. Inocen cio de Caltagirone para ocupar la más alta d ign i­ dad de la O r d e n ; elección en que se h izo visib le la amorosa inter­ vención de la P roviden cia divina. U n o de los prim eros cu idados del nuevo General fue informarse del estado de las p rovin cias de la O rden y. a ser posible, ver a todos los religiosos. Docum en tos contemporáneos de grande autoridad perm i­ ten reconstruir con bastante precisión el itinerario segu ido en esta ocasión por el P . Caltagirone a través de toda la Europa ca tólica ls. 16. Actas capitulares, fol. 56. 17. Ibid. 18. Consta ese itinerario en el Registro delle cose considerabili, che occor- LOS CAPUCHINOS DE NAVARRA Y GUIPÚZCOA EN ACCIÓN 113