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110 LA ANTIGUA PROVINCIA CAPUCHINA DE NAVARRA Y CANTABRIA de agosto se d irig ió a Cataluña. La provin cia de Cataluña hizo la misma protesta que las demás en el asunto de las Constituciones. El P. General emprendió el regreso a Italia sin celebrar C apítu lo en esta provin cia 11. 5. A fines de 1642 llegaron a España letras con vocando el Capítu lo General por la Pascua de Pentecostés del siguiente año 1643. Este llamamiento a R om a puso a los V o ca le s españoles en un trance suma mente embarazoso. Hubieron de elegir entre ir o no ir al Capítu lo. Cualquiera de las dos resoluciones entrañaba grandísimos inconvenientes. Por una parte era peligrosísim o presentarse ante un P rotector poderoso, que. por lo que se decía, había impuesto glandes castigos a quienes osaron oponérsele rechazando las Constituciones y los man datos dados por él en el último C apítu lo General. Adem ás, su presencia en la nueva asamblea general les parecía in ú til; nada había que espe rar de ella en el asunto de la paridad de votos, ya que en capítulos anteriores habíanse empleado todos lo s m edios para consegu irla, sin resultado alguno. A estos dos m otivos agregábase ot.'o : la dificu ltad del viaje. Cataluña estaba en guerra con E sp a ñ a ; F rancia no dejaba de h ostilizarn os; de donde resultaba que todos les pasos estaban tomados, por mar y por tierra. Mas, por otra parte, no yendo al cap ítu lo, se daba ocasión para que el P rotector o el nuevo General enviara V isitadores a las p rov in cias de España, lo cual acarrearía mayores daños. A fin, pues, de ponerse de acuerdo sobre lo que había de hacerse, congregáronse en la ciudad de V a len cia todos lo s P rovin cia les y Cus todios de España, a excep ción de los de Cataluña, que no pudieron con cu rrir a causa de la guerra. Celebraron su primera reunión el 6 de enero de 1643. Fué parecer de todos los reunidos que de ninguna manera convenía ir, tanto por huir del riesgo en que habían de caer con el poder del P rotector, com o por inclinar al Capítu lo a que se tomase m ejor acuerdo en lo de la desigualdad de los votos, viendo que faltaban provin cias tan p rin cip a le s; así com o también por lo p elig roso de la navegación . Este dictamen defend ió con gran entereza el P . L eandro de M urcia y lo expuso en un « M em oria l a p o lo g ético en que se p ru eba que los Padres P rovin cia les y Custod ios de los capu ch inos de estas p rovin cia s de E s paña, con v o cad o s para el capítulo g en era l p róxim o fu tu ro del año 1643, 11. R icart , La Provincia de Fra Menors Cafulxins de Catalunya, «Fran- ciscalia», Barcelona 1928.
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