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de un?, reliquia insigne del Protomártir san Esteban al convento de capu ch inos de Sarriá, en Cataluña u . 6. R echazado el enem igo al otro lado de la frontera, los relig io­ sos volvieron a ocupar el convento de Rentería. P o co después llegó también el P . P rovin cia l, que qu iso ver por sí m ismo los estragos que el enem igo había hecho en aquellas tierras y juzgar si podría en ade­ lante mantenerse la Comunidad, dada la extrema penuria a que había sido reducida toda aquella comarca. V io lo todo e informóse de todo. H izo la visita canón ica del convento ; puso coro con doce frailes ; alentó a todos, asegurándoles que, si de su parte procuraban cum p lir sus ob ligacion es, fiaran de D ios, que los socorrería con lo necesario, com o a fieles siervos suyos. Entretanto se acercaba el día del capítulo provin cia l, convocado para la primavera de 1639 en el convento de Barbastro. Recelaban mu­ chos religiosos que aquel cap ítu lo determinaría suprim ir la fam ilia del convento de Rentería y dejar sólo algunos frailes com o por vía de h osp icio, para p o co a p o c o abandonarlo del todo. Deseosos de precaver semejante determ inación, todos los religiosos de aquella Comunidad escribieron una carta al C apítu lo, declarando en ella haberse verificado muy cumplidam ente la palabra que les d ió su P rovin cial al exhortarles a la confianza de la divina P roviden cia, porque nada les faltaba de io necesario para su mantenim iento. «En orden al sustento y limosnas — decían— , lo que en con cien cia nos vemos ob ligados a decir es que en lo s lugares acostumbrados (R en ­ tería, Oyarzun y los Pasajes) se hace tanta limosna de pan com o antes, y muchas veces, más ; y es la piedad de la gente tal, que ha un mes que no se ha hecho limosna de pan, sí sólo una vez ir a Rentería por bien parecer, a causa de traernos tanto pan c o c id o al convento, que es menester tener particular cu idado para que no se pierda. Y ésto no sólo se experimenta p o r respeto de los soldados, que sólo en Pasa­ jes debe haber hasta ducientos, sino también de los m ismos naturales y gente de tierra. »D e tod o lo demás, carne, pescado, vino y aceite, con todas las demás cosas necesarias al convento, se halla con tanta fa cilidad , y tan según nuestro m odo, que no sólo no ha hab ido vagueaciones de religiosos, que hayan ocasionado falta en las Comunidades, sino muy gran recogim ien to, paz y amor entre todos, jun to con la puntualidad Í.OS CAPUCHINOS DE NAVARRA Y GUIPÚZCOA EN ACCIÓN 1(11 14 .—Analecla Cap., V I I I , 1981, p . 347.

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