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LOS CAPUCHINOS DE NAVARRA Y GUIPÚZCOA EN ACCIÓN 99 de vista le haré una lisa narración ... Y a le constará a V . R . el aprieto grande en que los franceses tenían la plaza de Fuenterrabía y cóm o nuestro ejército sólo había tenido por fin al so co rre rla ...» Term ina la carta con estas pa lab ra s: «D el ejército a i2 de setiembre de 1638» <(A nosotros los capu ch inos — habla nuestro corresponsal— nos re­ partieron por cuatro partes con la gente, con otros religiosos que allí había». Se señalo el día en que había de llevarse el ataque al ejército sitiador y para la liberación de la plaza de Fuenterrabía. Ese día fué el 7 de setiembre. «Es indecible la confianza que la gente llevaba en nuestra Señora, y el seguro que tenían de la victoria, afianzado en que el día del a con ­ tecim iento había de ser la vigilia de su nacim iento santo. A penas hubo quien no con fe s a s e ; oyeron m isa, comu lgaron muchos, no embarazán­ doles el gran trabajo de aquel día para ayunar. Muy observantes, h icie­ ron muchos votos y promesas, singularizándose los señores Generales, que las h icieron de mucha consideración . El ejército del A lm irante embistió con ímpetu a las tropas de Condé, asentadas en lo alto y al lado E . del monte Jaizquibel, las arrolló y puso en precip itada fuga, desbaratándolas completamente. »N osotros (los capu ch inos) — sigue contándonos el P . Tarazona— llegamos hasta la Marina, puestos a los mayores riesgos delante de todos para cum plir con nuestra ob liga ción , socorriendo a los a flig id o s ; y fué harta dicha en tanto riesgo no peligrar ninguno, y com o nuestra gente tenía menos necesidad que los pobres franceses, ejercitamos la caridad con muchos que agonizaban. »A l oscurecer entraron los nuestros en Fuenterrabía y encam ináron­ se a la parroquia, donde se can tó el tedéun. en acción de gracias». La ciudad de Fuenterrabía quedó liberada después de haberse defend ido con h eroico va lor p or espacio de sesenta y nueve días. La v ictoria se atribuyó a la intercesión de la V irg en nuestra Se­ ñora l2. D ice a este respecto el P. F r a n c is c o : «A segu ro a Vuestra Pa ­ ternidad no he visto soldado ni persona de cuenta que no haya recon ocido 11. Esta Relación aparece impresa en folio en Madrid, en la oficina de la viuda de Alonso Martín, año 1638. El ejemplar de que nos servimos va unido, con el niím. 13, al tomo 126 de Papeles ele Jesuítas de la Academia de la His­ toria. Hay otro ejemplar en la Biblioteca Nacional de París : Imprimes Oi 197. 12. Así lo reconocieron los vecinos de Fuenterrabía y, en agradecimiento, hicieron voto de subir en procesión al santuario de Guadalupe el día 8 de setiembre de cada año. Este es el origen del famoso ALARDE, festejo el más interesante de las fiestas patronales de la ciudad.

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