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8 M ariano I báñez Dicho ya lo que antecede, tratemos primero saber quién es este personaje y de dónde vino que, por lo que escribe ehizo, no cabe duda, tuvounagranimportanciaytrascendenciaenaquellosmomentos cruciales eneste capítulodenuestrahistoriacapuchinaespañola. Para conseguirlo hemos deremontarnos, pornecesidad, alahistóricaaccióndealgunos de los capuchinos exclaustrados de nuestra nación en el aciago siglo XIX. Ante laimposibilidaddepodervivirlavidareligiosacapuchinaenEspaña, pornopermitirlo las leyes civiles entre los años de 1835 a 1877, algunos de ellos, por los años 1854, trataronde reorganizarse enalgún lugar del mundodonde seloautorizaranydeestaforma, comunitariaylegalmente, vivirla. Estaocurrencialatuvo, segúnvemosyleemos enestemanuscrito, el capuchino catalán padre fray Francisco de Bossott, quien con dos o tres hermanos no clérigos, se fueron aGuatemala con esta intención. La ideaerapoder fundarunconvento de laOrdenenesanación. Conellase presentarony se laexpusieronal entonces señorArzobispoD. Francisco GarcíaPeláez, quien, incluso, seguramente, conlaanuenciadel presidente de la República, afortunadamente la aprueba. A fin de poderla realizar los envía aLaAntigua Guatemala, laciudadmás importante después de la nueva capital del mismo nombre, que se encontraba ruinosa en gran parte debido y causado por los terremotos del año 1771. Le concede el “soberbio hospital deBetlehemitas con suhermosa iglesia”, aunque con el edificio totalmente ruinoso, que debieron restaurarlo parapoder vivir enél. Al conocerse laexistenciadeesteconvento entreaquellos religiosos exclaustrados, muchos de ellos, procedentes de distintos lugares y naciones, se vinieron al mismo, entre éstos se cuenta el V. P. Estebande Adoáin, para unirse a los fundadores e incrementar el número, llegando aformar una buena y numerosa comunidad. El futuro de lamisma, sin embargo, con vistas a las pretensiones e intencionalidad de ser posible punto de apoyo y fuente para la posible restauración de los capuchinos en España, no se veía muy seguro. Por eso, entendiendo que aquella maneradecrecernoparecíafiiese lobastante suficiente, confin, además, de que la fundación se mantuviese y no desapareciera por falta de candidatos, algunos de los hermanos sacerdotes vinieron a España en varias ocasiones, intentando reclutar posibles vocaciones anuestra vida

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