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7 4 C apítulo III Compañía, todos los que habíamos de profesar de votos solemnes y, con nosotros, los PP. Antonio de Igualada y el P. Gabriel de Prats de Llusanes. Profesamos, pues, el día 14 de julio de 1872: Fr. Gaspar de Montbuy, Fr. Baltasar de Savellá, Fr. Melchor de Tivisa, Fr. Olegario de Gracia, Fr. Francisco Javier de Arenys de Mar, Fr. Ramón de Mataró, Fr. Cayetano de Igualada (que esto escribe), Fr. Ángel de Aviñonet y Fr. José Calasanz de Llevaneras, los hermanos legos Fr. Domingo de Olot, Fr. Isidro de Tordera y no recuerdo si hubo algún otro; todos los demás religiosos continuaron en San Francisco. Los que vivíamos en Santa Clara nos dedicamos algo al inglés. El P. Antonio de Igualada dio una misión a los católicos de lengua española que residían en Santa Clara y en el inmediato pueblo de San José; tanto los fieles como los pocos P Jesuítas que entendían algo el español quedaron muy edificados y satisfechos de la misión. Los católicos de San Francisco tenían muchísimo interés en que nos estableciéramos en aquella hermosa ciudad o en otras de California. Nuestros padres ni se atrevían a decir que sí ni a decir que no; la falta de recursos los tenía allí sin saber qué partido tomar. Entendiendo esto, el pueblo católico se dedicó a juntar dinero y, para que el éxito fuera más seguro, idearon celebrar un pignis , o como decimos en español, una especie de tómbola que duró tres días; de los religiosos se sacaron centenares de fotografías; las más eran de los Padres Segismundo de Mataró, Ignacio de Cambrils y Esteban de Adoáin formando grupo los tres juntos; las que más se difundieron y se pagaron a precios más elevados fueron las del P. Esteban de Adoáin solo. En los tres días hubo oradores seculares que arengaron al público, ya refiriendo la expulsión, ya recordando cuanto debía California a los religiosos franciscanos, no sólo por haber sido los primeros misioneros del país y los que plantaron el germen de las principales ciudades que entonces tenía la región, sino también porque fueron ellos los que llevaron allí la vid, el olivo, el trigo y otros elementos de riqueza y prosperidad con que cuenta hoy día California; los PP. Segismundo, Ignacio y Esteban y tres religiosos dominicos asistieron a estos festivales y era natural que así fuera.

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