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278 C a p ítu lo X V I I vejámenes no ha sido sino para inutilizarnos, desautorizarnos a fin de que nadie nos crea. Por este mismo motivo han procurado destruir todo aquello que pudiera darnos importancia y crédito para que nuestra palabra nunca pueda dañarles. ¿Por qué fin hostilizaron la venta de mi opúsculo La Pacificación Social?. ¿Por qué los Llevaneras, por sí y por sus agentes, trabajaron con los libreros para que retiraran de la venta dicho folleto?. Estos trabajos los hicieron y me los refirió en el verano de 1892 en Antequera el P. Provincial, Fr. Fermín de Velilla. Si La Pacificación Social contiene doctrinas a sujuicio inadmisibles, impúgnelas: de esto no puedo quejarme. ¿No se impugnan opiniones de varones tan insignes como San Agustín y Santo Tomás?. Si les parece que debe ser denunciado a la Santa Sede, denúncienlo; tampoco puedo quejarme de esto. ¿No se denuncian obras escritas por hombres de más valer que yo?. Pero esto no convenía a sus planes porque habría hecho hablar de mí. Optaron, pues, por trabajar con los libreros para que la retiraran de la venta. ¿Y quiénes son ellos para resolver que no es lícito en conciencia vender La Pacificación Social?. ¿Quiénes son ellos para perjudicar de este modo la honra del escritor, la del editor y los intereses materiales de ambos, pues claro es que si no hay venta se pierde el dinero que cuesta la impresión. ¿Y es lícito en conciencia valerse de semejantes medios para desacreditar una obra e impedir su venta?. Y cuando se emplean semejantes procedimientos ¿no hay obligación de reparar los daños causados?. Pero esos moralistas no se paran en tales pequeñeces: el caso es hundir al adversario. Y volviendo al P. Mollina, para que se vea hasta dónde llegó la persecución que movieron contra él, debo hacer constar que no solamente se trabajó para desacreditar sus misiones y trabajos religiosos enAmérica con falsedades y calumnias, sino también el escribir aAmérica y recibir cartas de allí (en la suya de 9 de octubre de 1899) fue borrado del catálogo de Misioneros Apostólicos y del de Protonotarios Apostólicos; se opusieron, así se lo declaró el mismo Sr. Obispo, aque fijara su residencia en Málaga; (carta fechada a 24 de julio de 1900) y en la del 11 de noviembre de 1900 me dice:

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