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P adre L orenzo d e M o l l in a 275 romanos: las dádivas quebrantan peñas. ¿No tenía la Orden candidato más digno para el Cardenalato que Fr. Calasanz de Llevaneras?. Pero éste no le costaba un cuarto, y cualquier otro les habría costado el dinero, y optó por el más barato, y además éste era el camino para pescar el momio [sic] grande, esos dos millones a que se refiere el P. Lorenzo de Mollina que es quien conoce a fondo esta historia y, por eso, es el más perseguido para que si un día publica todo lo que él sabe sobre este particular no sea creído, o lo sea menos achacándolo a calumnia de un hombre que quiere vengarse. Los Llevaneras y con ellos la Curia Generalicia, vieron con inquietud la fundación del P. Mollina, porque si se hubiere consolidado y prosperado, como así habría sido, la figura del P. Mollina se habría agigantado y, si hubiera dado a la publicidad el secreto de los millones, les habría hecho muchísimo daño. Por eso temieron y procuraron derribarlo Sigue el P. Mollina: “En fin, si me hubieran podido crucificar me crucifican... Le digo en verdad que una gracia especial me ha sostenido para no aclarar la cosa y hacer el gran ruido. Así es que estoy cansado, herido en mi dignidad sacerdotal y personal... pues me han amenazado con grandes castigos si sigo haciendo el bien. Ya me decían que era mejor les hubiese entregado dos cientos mil francos en lugar de doscientas almas. Después que se entere de esta carta puede romperla. Aunque ya no temo a nadie: sólo a Dios que me sostiene; todos los demás son unos miserables” . Con reproducir aquí una carta reservada no cometo ningún abuso de confianza. En carta que me escribió desde Barcelona con fecha de 24 de julio de 1900 me dice: “Amigo mío, esto es atroz, cruel, inaudito. He pensado que debía V. escribir sobre nuestra salida y justificación y, sobre todo, de nuestra persecución y de los daños que me han hecho, y esta obra que sólo V. debe hacer con los apuntes míos que yo le daré a su tiempo, será publicada después de nuestra muerte o cuando cambie la situación. Piense en ello, medítelo, y vea si conviene para aclarar la verdad” .
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