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M is ú ltim o s d Ia s en S a n l ú c a r d e B a r r a m e d a e n 18 9 3 2 4 3 ante testigos le presentara las cartas y, una vez reconocidas como obra suya, le recordara su vida y milagros, y la echara con cajas destempladas. El haber sido encargado el P. Bernabé para esclarecer un asunto de esta índole en el mismo Antequera sin dificultad ninguna por parte del Rmo. P. Comisario, prueba, a mi juicio, que ya no daba ningún crédito a los rumores por él acogidos en Antequera sobre la moralidad del mismo P Bernabé. Parece que tampoco fueron creídos más adelante, pues consta por las cartas de Roma ya copiadas en uno de los capítulos anteriores, que estaba autorizado para dar ejercicios todos los años a las Terciarias Franciscanas, autorización que, después, le fue confirmada por el Ministro Provincial, el P. Fermín de Velilla. En 1892 estaba de familia en Antequera y era Custodio General Por lo tanto no me parece verosímil que las causas graves a que alude el Ministro General al suspender a divinis ex informata conscientia al P. Bernabé deAstorga sea relaciones ilícitas-------------------------------------------------- ----------------------------------------- Mas si hiciera referencia aellas, y fiieran ellas lacausa de la imposición de la censura, ya no podría haberse impuesto ex informata conscientia. La citada Instrucción de 20 de octubre de 1884, después de decir que no puede censurarse ex informata conscientia sino como el pecado oculto, dice que para poderse llamar oculto es necesario que no haya rumores acerca de él. Ya he consignado que en 1881 llegaron rumores siniestros acerca de la moralidad de las costumbres del P. Bernabé de Astorga a oídos del Rmo. P. Comisario en el mismo Antequera y debo añadir que esos rumores procedían de algún religioso capuchino allí residente. Me consta que, siendo Guardián de Antequera, el P. Estanislao de Reus se permitió escribir a Roma en términos que no dejaban bien parada la pureza de costumbres del P Bernabé y me consta que, así como a mí se me acusaba de enseñar malas doctrinas, al P Bernabé se le acusaba de tener relaciones ilícitas con mujeres. Debo añadir que en los primeros meses de 1893, el P. Eduardo de

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