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M is ú ltim o s d ía s e n S a n lú c a r d e B a r r a m e d a e n 1 8 9 3 2 3 9 imposible, tener paz y tranquilidad de espíritu mientras permanezca en la Orden; por lo tanto es necesario que las busque en otra parte”. “Por otra parte, me parece que mi salida será muy ventajosa para que los Superiores puedan trabajar, quizá con éxito, en el restablecimiento de la paz y del orden en esta Provincia que tanto las necesita, más de lo que se piensa”. “Suplicóle, Rmo P., me obtenga lo antes posible dicha dispensa y quedemos en paz. No veo haya utilidad alguna ni para unos ni para otros en meter ruido y en aumentar el escándalo y el desorden; quiero salir sin ruido y en paz. Recurro hoy aV. P. Rma. con los sentimientos más pacíficos y conciliadores; estoy íntimamente persuadido de queme esabsolutamente necesario salir de la Orden para proveer de paz y tranquilidad ami espíritu y que yo desaparezca de laescena, a lo menos durante algún tiempo, afin de que los Superiores nada tengan que temer de mí y les sea mucho más fácil arreglar la Provincia”. “En espera de una pequeña pero favorable respuesta, aceptad, Rmo. P., la expresión de mis más sinceros sentimientos con los cuales soy su más obediente hijo y humilde servidor”. “Fr. Bernabé de Astorga” En mayo le había sido leído ante testigos el siguiente Decreto cuya fecha era 9 de mayo: “Fr. Bernardo de Andermatt, Ministro General de toda la Orden de Menores Capuchinos de S. Francisco”. “Por causas graves y ex informata conscientia suspendemos y por las presentes declaramos estar suspenso a divinis el P. Bernabé de Astorga, sacerdote de la Provincia de Toledo, y al mismo mandamos en virtud del voto de obediencia (y paternalmente le exhortamos) que, sufrida con religiosidad la pena, vuelva pronto a buen camino. Y mandamos al P Eduardo de Pego Presidente del convento de Sanlúcar, que sin demora intime este Decreto al P Bernabé, y ordenamos al Rmo. P J. Calasanz de
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