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2 3 2 C a p ít u l o X I I I decirle que no he visto ninguna prueba de su cariño. En más de siete años no me ha escrito sino una carta postal haciéndome saber que había fallecido en Panamá mi querido P. Baltasar de Savellá; muchas veces ha pasado cerca de mi residencia en Aix y nunca me ha hecho una visita, ni siquiera me ha mandado recuerdos. Dice que me ha hecho ofrecer su concurso para ayudarme a publicar escritos míos: es posible que así sea; pero esté seguro que su encargo no se ha cumplido. “La manera con que me han tratado ha envenenado mi corazón, me ha hecho creer que me quieren mal y han arraigado esta creencia en mi espíritu. Conocen la enfermedad que me han hecho contraer, y para curarme aplican un remedio peor que la enfermedad. No han sabido o no han querido manejarme bien, y siéndoles tan fácil hacer de mí un religioso útil a la Orden, me han echado a perder. Si yo no hubiera venido a la Orden con un gran fondo de fe, si no hubiera tenido una grande afición al estudio y, sobre todo, a los estudios religiosos y serios, hasta la fe habría perdido en la Orden Dios me ha conservado siempre unido a la Iglesia católica, y el amor hacia ella, jamás se ha entibiado en mi corazón; pero a la Orden no le debo ni un incremento de fe, ni un incremento de piedad Sé que no han faltado religiosos que sin estar enfermos, sino únicamente algo delicados, se han hartado de carne aun en viernes santo. El interceptar la correspondencia entre los Superiores y los súbditos es un pecado mortal y reservado y, no obstante, en Arenys de Mar había un joven estudiante que por mandato de un Superior menor interceptaba las cartas de los Superiores Generales dirigidas a un religioso de aquella comunidad. Un joven estudiante ha estado al frente del convento de noviciado de Fuenterrabía; otro joven de 22 ó 23 años era Superior del convento de Pamplona donde había unos 40 estudiantes a quienes se obligaba a manifestar sus conciencias fuera de confesión, y eso que en la misma comunidad había religiosos de 40, 50, 60 y 70 años. “Nada digo de aquel religioso que desde 1884 frecuentaba las casas de prostitución, y que a pesar de saberlo los Superiores, era Vicario unas veces, y otras profesor de estudiantes. ¿Qué es eso sino enseñar a los
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