BCCCAP00000000000000000000152

M is ú ltim a s sem a n a s e n S a n l ú c a r d e B a r r a m e d a e n I 8 9 3 2 2 5 perpetuidad del Generalato, supresión de los Capítulos provinciales y omnímodas facultades para nombrar y remover todos los Superiores en toda la Orden ad nutum, y ampliar y restringir sus facultades según su beneplácito, y que trabajan para obtener entre los Superiores una mayoría favorable a ese cambio. En mi concepto este designio considerado en sí mismo no es pecado alguno; pero sí que lo reputo imprudente, pues los mismos padres que redactaron nuestras Constituciones, advierten que el cambio de Constituciones ha sido en todo tiempo una causa fecunda de divisiones y perturbaciones en la Orden y, por eso, encargan y suplican que nunca semuden. En efecto no ignora S. Rma. los graves disgustos y conflictos que se produjeron en las cinco Provincias de lengua francesa con motivo del Decreto que quitaba a los hermanos legos la voz activa en la elección de Discretos, Decreto que, por fin, la S. Sede ha declarado nulo, y nula también su aplicación por otro posterior. Calcule pues cuán grandes perturbaciones habría en la Orden si se intentara mudar sus Constituciones. “¿Y en qué me fundo para atribuirles este designio?. Me fundo en las pocas ganas que tienen de que se celebren Capítulos provinciales: no los miran con buenos ojos y las tendencias a quitar el voto a los hermanos legos en la elección de Discretos, las tendencias a suprimir los mismos Discretos y a reducir el número de vocales en el Capítulo provincial, no se encaminan sino a la supresión de los Capítulos provinciales “Creo haber probado con la mayor claridad y solidez que en justicia no seme puede acusar de rebelde ni de conspirador y que si a pesar de lo expuesto se continúa calificándome de insurrecto y perturbador se me calumnia. Todos los religiosos estamos obligados a defender la disciplina regular porque de ella depende toda la grandeza y prosperidad de la Orden en el exterior y la unión, paz y concordia de los religiosos en el interior. ¿Puede una Provincia mirar con indiferencia el tener a su frente un religioso de probidad y honradez, amante de su comunidad, virtuoso y ejemplar, y tener uno que la escandalice, que la maltrate, que la perturbe y deshonre?. Claro es que no. ¿Y cómo habrá Superiores buenos si no se forman?, ¿y cómo

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz