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2 1 0 C a p ít u lo X I I I “Roma 1 de agosto de 1893. “Carísimo Rdo. P. Eduardo, Presidente de Sanlúcar: acompañado de un testigo que seabuen religioso, leaal P. Cayetano lo siguiente, guardando todo el presente documento en el archivo, después de leído al interesado: “Amado en Jesús y María P Cayetano de Igualada: Nuestro Rmo. P Comisario General, absente Ministro Genera/i, el P Bruno de Vinay, cuya piedad, equidad y mansedumbre V. C. puede y debe conocer, no queriendo personalmente contestar a su carta del 25 de julio, por ser dicha carta por su fondo y forma impertinente, injuriosa y calumniosa, indigna de un religioso y, hasta contraria a la buena educación y, por otra parte, apiadándose de la oveja descarriada por sujuicio privado y su más o menos consciente orgullo, me encarga le escriba con fraternal libertad y paterna solicitud para el bien del alma de V. C. puesta en pésimos caminos. “Caro P. Cayetano, mi lenguaje tal vez le desagradará, pero si viese con qué fraternal caridad, con qué cariño compasivo de antiguo condiscípulo, le escribe más mi corazón que mi pluma, por poco que tuviese de espíritu de gratitud, me diría mil gracias por un acto más de caridad que de autoridad Pido a María S.S. le ilumine. “A V. C. le pierde desde muchos años una idea o, mejor, un como espontáneo sentimiento de su ciencia, de su talento, de sus estudios. Este sentimiento, sin casi notarlo, se le ha ido aumentando ante las alabanzas de sus oyentes, de padres menos instruidos que V. C. y de seglares, alabanzas que eran tanto más fatales paraV. C. cuanto que estabadestituido de aquella exterior y pueril vanidad que aveces por las extravagancias de palabras y de actos llega a desengañar (humillando) al mismo vanidoso. El casi inconsciente orgullo de V. C. y su idea de suficiencia, ciencia y experiencia le hacen en su corazón como un trono de superioridad científica y moral sobre sus hermanos, y aun sobre sus Superiores, a quienes, casi sin advertirlo, cree muy inferiores aV.C.. Por eso se leve a veces hablar con tanta majestad como un oráculo que echa sentencias, por eso en ciertas cartas suyas hay expresiones de suficiencia, altivez y

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