BCCCAP00000000000000000000152

M is ú l t im a s se m a n a s e n S a n l ú c a r d e B a r r a m e d a e n 1 8 9 3 2 0 3 Voltaire y los Robespierre aparecerían magistrados honrados al lado de nuestro Ministro General”. “Todo lo que seha dicho sobre la crueldad de los frailes en las novelas y en los teatros está perfectamente justificado”. “Las leyes de Dios, de la Iglesia y de la Orden se pisotean con la más cínica desvergüenza”. “¡Qué sucesor de San Francisco deAsís!. No, no es sucesor del piadoso San Francisco un Ministro General que tan ajeno se muestra del espíritu de nuestro santo Padre”. “Y sin embargo, quieren ser tenidos por hombres de verdadera y sólida virtud cuando ni aun tienen la probidad de los impíos” . “ ¡Cuántas ilusiones se desvanecen! Yo pensaba que los religiosos, especialmente los Superiores y, mayormente, los Superiores Generales, eran unos santos. Pero ¡cuánto me equivocaba! La inicua farsa que deploro es muy general y antigua en nuestra Orden y no tiene trazas de acabarse. ¡Qué escándalos, qué abominaciones!. No sin razón se quejan generalmente los frailes de que sienten que el amor a las buenas obras se extingue rápidamente en sus corazones y que van perdiendo hasta la misma fe: la gangrena de la cabeza se extiende a todo el cuerpo” . “Ni se teme a Dios, ni se respeta al hombre” “¡Cuántos y cuántos se habrían salvado si jamás hubieran entrado en la Orden!” . “ ¡Tremendo juicio les espera!” . “El gobierno de los mayores enemigos de los frailes es preferible al de los Superiores Generales que hoy día nos gobiernan”. Fr. Cayetano de Igualada. Sanlúcar de Barrameda, 3 de agosto de 1893. “Dios me libre de caer en manos de esos Superiores sin ley, sin conciencia, sin corazón, sin Dios que tanto nos envilecen, degradan y deshonran. Dios tengamisericordia de mí y me conceda lagracia de verme

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz