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1 7 8 C a p ít u l o X I I de nuestra conciencia. Y este Capítulo (si ha de celebrarse) pedimos humildemente sea celebrado con arreglo a las Constituciones aprobadas de nuestra Orden, no obstante cualesquiera cosas en contrario, aun dignas de especial mención por las Provincias de España, y que sólo por esta vez se conceda en él voz activa y pasiva a todos los sacerdotes que han cumplido ya diez años de religión y que pueda celebrarse en cualquiera de los seis conventos de esta Provincia” . ’’Finalmente deseamos y pedimos que el Presidente de este Capítulo sea el Rmo P. Ministro General en persona o el M. Rdo. P. Ministro Provincial actual o el pasado; o cualquiera de los padres de esta Provincia, o alguno de los Ordinarios de esta Provincia regular, entre los cuales proponemos al limo. Sr. Obispo de Cádiz” . “En tre tan to , para nuestra tranqu ilidad y para que se obre más libremente, renunciamos nuestros cargos” . Siguen la fecha y las firmas de este notable documento, cuya lectura nos permitimos volver a recomendar sin añadirle ningún comentario. Sólo haremos observar que el P Calasanz tenía obligación ineludible de presentar los documentos que le autorizaban para hacer las elecciones que hizo en vez de alegar que estas Provincias debían ser consideradas todavía como suprimidas por no estar reconocidas por el Gobierno civil. Que esto lo diga una persona ignorante o uno de esos radicales que niegan la autoridad de la Iglesia y preconizan la supremacía del Poder civil, pase; pero que esto lo diga un fraile y un fraile que publica compendios de teología moral, dogmática, derecho canónico, etc., etc., y un fraile que nos pintan como un santo y un sabio, como una lumbrera de sanísima doctrina, es inconcebible. Con este dato a la vista comprendo muy bien fuera José Calasanz de Llevaneras quien sugiriera a su hermano Joaquín la idea de que los dos Definidores, Camilo de Cirauqui y Bernabé de Astorga, no eran verdaderos Definidores y así naciera el gran cisma de que ha hemos hablado; y que fuera, también, José de Calasanz quien sugiriera a su hermano Joaquín la idea de que el Comisariato Apostólico debía considerarse aún como subsistente por haberse abolido a espaldas del Gobierno y a pesar de la Bula Inter graviores.

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