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1 7 0 C a p ít u l o X I y después p rocu ra recoger las cartas comprometedoras, o al P. Pío de Longania que miente en el ac to mismo del ju icio , y se p resta a ser verdugo de sus hermanos. Para mí tan execrable es el uno como el o tro . ¡Mentira parece que den tro del claustro se encuentren religiosos cap ac e s de a tr o p e lla r y p is o te a r la ju s tic ia de una m ane ra tan escandalosa!; pero es cierto que hay gen te para todo , religiosos sin conciencia y sin ley. Los defensores de la causa de los hermanos legos no se acobardaron po r eso: siguieron trabajando con el mismo y aún mayor tesón que antes. R eed ita ron en 1890 un libro publicado po r primera vez en el siglo décimo séptimo en defensa del vo to de los hermanos legos que ya en tonces se les quiso quitar, libro de muy sana doctrina canónica y que p ropagaron cuan to pud ieron en tre los frailes. Con tra este libro y sus reed ito res fulminó muchos anatemas el M inistro General en la Visita, ni más ni menos que si se tra ta ra de un libro herético. Todo fue inútil: la S. Cong regación revocó el D ecreto expoliador y devolvió a los hermanos la voz activa de que, muy mal informada po r la Curia Generalicia, les había qu itado con tra toda razón y justicia. En Aix leí también un fo lleto escrito y ed itado en francés y en latín en Orihuela po r el P. Exuperio de Prats de Mollo, ex-Procurador General, sin licencia alguna, como lo dice él mismo; la razón que alega es que si hubiera pedido perm iso para publicarlo, le habría sido negado. Lo distribuyó por su propia mano entre los capitulares del último Capítulo General, fue severamente reprendido y le impusieron alguna penitencia. En este fo lleto se aboga por unas nuevas constituciones, por la supresión de los privilegios que es costumbre conceder a los ex-Generales, Provinciales y a o tros religiosos, privilegios que consisten en dispensas de asistencia a ciertos actos de comunidad, de obediencia, de pobreza y de mortificación religiosa. Sostiene el P. Exuperio que el Ministro General debe ser perpetuo y que a él debiera corresponder la elección de los Provinciales y otros Superiores. Insiste mucho en la reforma del convento generalicio contra el cual formula muchos y graves cargos y quiere que en el convento generalicio haya uno o dos religiosos beneméritos de cada

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