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1 3 0 C a p ít u l o I X Curia Romana todo cuanto quiso y le convino. Volvió a España bien documentado, recogió mucho dinero, fue a Palestina, al Egipto, a Roma, Loreto y regresó a España con la mayor felicidad. Para sus padres fue bueno hasta no caber más. La lucha entre el Comisario y los Definidores se iba formalizando de día en día. En los primeros meses de 1884, vino el Comisario a Pamplona. El P Camilo de Cirauqui, que era a un tiempo Guard ián y primer D efin ido r, fue d epu e sto del G u a rd ian a to y env iado de familia a Fuen terrab ía, el P. Serafín de M onóvar fue enviado al convento de León, y el P. V icente de Tafalla fue destinado a Arenys de Mar; yo quedé de Superio r local del conven to de Pamplona. Esto fue un golpe que tuvo gran resonancia en todos los conventos capuchinos de España y se decía y creía po r muchos que yo era el insp irador de estos y de o tro s sucesos y, en realidad, no tenía yo parte alguna en ellos. Las cosas se fueron complicando. Entre el P Estanislao de Reus, Guardián del convento de Antequera, y el P. Comisario surgió, no sé con qué motivo, un grave incidente Cansado aquél de correspondencia epistolar que no daba el resultado apetecido, se fue en busca del Comisario con quien se av istó en M on te Hano. La en trev ista fue tremenda. Mutuamente se hicieron graves cargos, se injuriaron e insultaron de lo lindo y, por fin, terminó la escena con estas palabras del P. Estanislao de Reus al P. Comisario Joaquín de Llevaneras: Por mí es Comisario y por mí dejará de serlo; yo fui la causa de que el P. Llerena fuera depuesto y yo seré causa de que S. R. sea depuesto también. “Esto lo veremos”, contestó el Comisario. Tengo noticia de la borrascosa entrevista por el relato que de ella me hicieron ambos y recuerdo muy bien lo que me contaron. Volvióse el P Estanislao de Reus a su convento de Antequera y, de acuerdo con su Vicario y segundo Definidor el P. Bernabé de Astorga, inició una activa co rrespondencia con el P. Bruno de Vinay, Definidor y P rocu rado r General de la Orden, alma de la Curia Generalicia El P. P ro c u ra d o r a tiz ó en g ran m an e ra el fuego de la d isco rd ia , ya d e sa rro llado en dem asía, y a len tó la lucha con tra el Com isario. Pu siéron se de a cu e rdo los dos D efin ido res, salieron ambos para

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