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124 C a p í t u l o IX discípulos que me dieron en Ibarra en 1875 según dicho queda En 1881 fui nombrado además Vicario del convento de Pamplona y el Guardián era el primer Definidor el P. Camilo de Cirauqui, hombre de unos 75 años, pero de buena salud, bastante ágil todavía y dedicado a la predicación. Poco se ocupaba de las cosas del convento y me dejaba en plena libertad para hacer y deshacer; no se arrepintió nunca de ello, ni tuvo motivo para arrepentirse de esta amplia libertad de acción; en lo material ganó mucho el convento, en lo moral nada perdió, ni en nombradía tampoco, a pesar de que hacían mucha falta, como también en todos los demás conventos, tres o cuatro religiosos para atender a la predicación Para las clases, me sustituía en las ausencias (ocasiones había en que eran inevitables) el P Serafín de Monóvar. En noviembre de 1881 fui a Roma con el P. Estanislao de Reus. El objeto era dar cuenta detallada de la marcha de nuestras cosas en España, y averiguar lo que había sobre un breve en cuya virtud se decía que los Regulares en España estaban sujetos a los Sres. Obispos. Por un breve de la S. C. de Obispos y Regulares fecha 10 de diciembre de 1858 y que principia: “Atendidas las peculiares circunstancias” se daban a los Sres. Obispos muchas facultades sobre los frailes exclaustrados y sobre las religiosas de filiación regular y se les mandaba hicieran uso de ellas. Parece que este breve no era duradero sino por diez años, pero después se renovó por otro decenio y, así sucesivamente, y fue renovado, no sé si por última vez, en 1892. Pero no era este el breve en busca del cual íbamos, sino el que, según se afirmaba, sometía las comunidades religiosas de varones, los frailes, a la jurisdicción episcopal. Fuimos un día a ver al Cardenal Simeoni, ex- Nuncio en España y, expuesto el objeto de la visita, dijo que no tenía noticia de semejante breve y nos dio una tarjeta para el Sr. Dn Mariano Rampolla, Sustituto de la S. Congregación de Negocios eclesiásticos extraordinarios. Nos presentamos a este señor y, después de habernos oído, nos dijo que por entonces no podía contestamos, y nos citó para

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