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10 M ariano I báñez general. Son muy interesantes los laudables comentarios que hace referidos a esa presencia de aquellos capuchinos en esta ciudad y los motivos que los obligaronasalir, muyapesardetodos. De aquí partieron el 17 de septiembre de 1872 hacia el Estado deWisconsin, endonde en su capital Milwaukee los capuchinos alemanes se habían establecidos. Salieron unos con la intención de quedarse en Wisconsin, uniéndose a los capuchinos alemanes, y otros continuar luego hacia Europa. Tal vez las cosas no sucedierontales como se las pensaraFrayCayetano, pues él eradeaquellos quepensabaquedarseallá. Es lociertoqueamediados de febrero de 1873 se lesmandaaél y alos otros regresar aFrancia. “Todo esto obedecía, escribe, a la ideade fundar enEspaña”. Desembarcan en Havre, van a Paris para seguir a continuación a Orleáns y, finalmente, llegar a Toulouse. Prosigue entonces sus estudios en el convento de Fontenya-le-Compte. Es ordenado de subdiácono enjunio de 1875. Ya ordenado como tal, es destinado con otros 12 al Ecuador, embarcando, rumbo a esta nación, por esta misma fecha. Entre éstos estaban también los dos hermanos ya anteriormente mencionados de Llevaneras, JoséCalasanzyJoaquín. Llegaron al puerto ecuatoriensede Guayaquil el 25 dejulio. Se lesmanda alaciudady convento de Ibarra. Ensurecorridohaciaestaciudad, asupasoporQuito, el arzobispo, dada lanecesidadurgentedesacerdotesenqueseencontrabalanación, ordena, enlosdías21 y24 deagosto, dediáconosysacerdotes, respectivamente, a los que ya habíanvenido como subdiáconos. En esta ocasión, comenta Fray Cayetano, que “los agraciados hubiéramos preferido seguir estudiandodeverasunpardeañosmás. Latristeexperienciadenuestros predecesores nos habían aleccionados y estábamos bien penetrados de que para ser útiles a la Iglesia y a laOrden nos erannecesarias virtud y ciencia”. Lleganpor finaIbarrael 28 deagosto deaquel añode 1875. A él se le encarga la enseñanza de teología dogmática a los estudiantes. Lamenta se ledé este servicio que, sinduda, escribe, seráenmenoscabo de sus estudios de teología moral. En el desempeño del cargo referido, no habíani siquiera pasado unaño, cuando refiere la intolerable postura que, como estudiante con respecto a él, su formador y lector, había mantenido, juntamenteconotro, FrayJoaquíndeLlevaneras. Al considerar

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