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A N D R E S D E T A B E R N E S D E V A L L D I G N A A N D R E S DE T A B E R N E S DE V A L L D I G N A Llamóse en el siglo Manuel Miguel Esteban Estruch y Grau, hijo de Miguel y María y nació en Tabernes de Valldigna el día 25 de diciembre de 1716. Desde muy niño demostró ya sus grandes aptitudes para el estudio y a la edad de 14 años se hallaba perfectamente impuesto en la lengua latina. Deseoso de consagrar sus luces a mejor causa que la del siglo, resolvió apartarse de éste y entrar en religión, optando por la de padres capuchinos, cuya humildad, rigidez y pobreza de vida le encantaban sobremanera ; solicitado el ingreso en la provincia capuchina de Valencia y admitido en ella por el provincial P. Luis de Flandes, vistió el santo hábito en Masamagrell el día 13 de noviembre de 1731 de manos del maestro de novicios P. José de Valencia; hizo la profesión en el mismo convento y en manos del nuevo maestro de novicios P. Antonio de Crevillente el dia 28 de diciembre de 1732, habiéndosele retardado cuarenta y tres dias por falta de edad canónica y otros dos a petición suya. Su carrera de estudiante fue brillantísima y fervorosa y, una vez terminada, desempeñó por oposición los honrosos cargos de lector de filosofía y teología. Fue guardián de Murcia (1758) y de Monóvar (1764), dos veces primer custodio general (1755* y 1770), dos veces definidor provincial (1761 y 1767) y una ministro provincial (1773). El limo. Sr. don Francisco Fabián y Tuero le nombró calificador del santo oficio y examinador sinodal del arzobispado de Valencia; el limo. Sr. don José Tormo lo eligió exami nador sinodal de la diócesis de Orihuela ; la Real Academia de San Carlos de las Nobles Artes de Valencia acogióle también en su seno nombrándole académico honorario el dia 27 de marzo de 1789. Al hacer su elogio el cronista P. Antonio de Albaida dice de él que «fue la admiración de los sabios de su siglo, ya en los actos públicos en que por razón de su oficio debió muchas veces desplegar el fondo de su gran talento, ilustración y sabiduría, ya en las conferencias privadas para que era buscado de continuo, no habiendo dificultad en cualesquiera materias que no soltase fácilmente con tal claridad y solidez de razones, aun sobre facultades que no profesó, pero de que se penetró altamente con su particular estudio y aplicación, que hablando siempre con el lenguage de la verdad era generalmente estimado y admirado como el oráculo de su siglo». Hombre de consejo, fue consultado hasta en la Corte, pues para tenerlo a su lado y aprovechar sus consejos llevóle a ella, siendo Ministro de Gracia y Justicia, el Excmo. Sr. don Manuel Roda y Arrieta, y nuestro padre Valldigna fue allí admirado y agasajado de todos los políticos y literatos y del mismo rey Carlos III. Habiéndosele manifestado por éste la resolución de hacerle obispo, lo rehusó agradecido con la mayor humildad y energía y para mejor evitar el peligro del episcopado desembarazóse hábilmente de los amigos y negocios de la Corte y se restituyó cuanto antes pudo a su celda y provincia. Fue siempre celosísimo y amantísimo de la regular observancia y muy entusiasta de las glorias de la Orden. Su fama de hombre sabio y de buen gobierno era común no sólo en España,sinotam bién fuera de la península, y en Italia, en el capítulo general celebrado en Roma en 1775, al quetuvo que asistir como ministro provincial, mereciópor su doctrina y sapientísimos razonamientosel aplauso y admiración de todos los vocales y alcanzó muchos votos para definidor general. A pesar de los muchos y muy graves negocios a que tenía siempre que atender por razón de sus múltiples oficios, su ocupación favorita era la predicación, por la que sentía especial vocación y en tusiasmo y para la que Dios le había enriquecido con excepcionales y maravillosas dotes. «Su voz llena, dulce y sonora —dice el P. Albaida— ; su estilo sencillo, propio y convincente; su producción clara y eficaz ; su acción la más natural y propia; su presencia grave sin afectación ; todo su exterior, nada disonante de su ferviente interior, predicaba naturalmente, y hasta algunos indeliberados movimientos dabai. cierta alma a sus inimitables producciones.>* Muchos amigos le instaron repetidas veces a que publicase sus obras, ofreciéndose incluso a pagarle la edición; pero su humildad se resistió siempre a ello con la mayor repugnancia ; sólo cuatro piezas oratorias, y esto por imposición de las circunstan cias, vieron la luz pública en el transcurso de su vida. El P. Andrés de Tabernes de Valldigna, a quien justamente se le considera como una de las pri meras figuras de la oratoria española en el siglo xvm, murió en Valencia, en el convento de la Sangre de Cristo, en la mañana del dia 23 de agosto de 1805, siendo enterrado en la sepultura de padres de la Provincia del mismo convento. Bibl. : PAB ; Crónicas, III, 579-583; Libro del convento de la Sangre, 164; Continuación de las actas de la real academia de... San Carlos, Valencia, 1789; Arch. Gen. AG7, 194; F lster , II, 264 y 338. 106. C E N S U R A , Y A P R O B A C IO N / de el R . P . F r . A n d ré s de V a ld ig n a , / E x -L e c to r de S ag rad a T h eo lo g ía , / E x Custod io , y G u a rd ián de el / Conven to de C ap u ch in o s de N . S . P . / San F'rancisco de la C iu dad de / M u rc ia . 145 x 100 (123 x 69) mm. — 16 pp. Esta censura-elogio, suscrita por el autor en el «Convento de Capuchinos de 'Murcia dia 11. de iMayo de 1761», ocupa las pp. 25-40 de las preliminares de la obra del padre Diego Tello Laso de la Vega, mercedario, titulada : Luces Iheologicas a Theofila, virgen, — 2 0 —
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