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I N T R O D U C C I O N B ib lio teca s de la provincia Resulta difícil seguir las vicisitudes que han tenido las bibliotecas de nuestra provincia. A juzgar por los fondos existentes en algunas de las bibliotecas públicas, podemos afirmar que las bibliotecas de Valencia y Monóvar eran excelentes. La del convento de la Sangre de Valencia ha ido a parar a la biblio­ teca universitaria de Valencia; en esta misma biblioteca se encuentran bastantes libros de las bibliotecas de Alcira, Játiva y Ollería. Las de los conventos de Masamagrell y Ollería se conservaron hasta la revolución marxista de 1936, pudiendo salvar muy pocos ejemplares. La de Orihuela ha sido la que ha tenido mejor suerte y todavía se conserva. La de Monóvar fue a incorporarse a la biblioteca pública de Orihuela, donde pueden verse la mayor parte de sus libros. Muy pocos son los que hemos visto procedentes de las antiguas biblio­ tecas de los conventos de Murcia y Alicante ; y de las demás bibliotecas apenas hemos notado vestigios. Además de las bibliotecas de la provincia han sido visitadas para la redacción de este libro: la Biblioteca Nacional de Madrid; las Univer­ sitarias de Valencia y Barcelona ; la Vaticana ; la Nacional de Roma ; la del Colegio Internacional de San Lorenzo de Brindis, de Roma ; las Pú­ blicas de Orihuela y Alicante ; las Municipales de Valencia y Murcia ; las de los conventos capuchinos de Sarriá, Pompeya, Pamplona, Lecároz, Madrid y El Pardo ; las de capuchinos de Toulouse, Carcassonne, Mont­ pelier y Marseille ; las de los seminarios diocesanos de Valencia y Orihue­ la ; algunas de padres franciscanos y jesuítas que se indican oportuna­ mente ; las de los colegios de Corpus Christi y de la Presentación de Valencia ; y principalmente, la Biblioteca hispano-capuchina de Sarriá y la Biblioteca valentino-capuchina que se está elaborando en Valencia. Té cn ic a de la obra En esta bibliografía hemos incluido por orden alfabético los escritores de la provincia capuchina de Valencia, siguiendo para ello el criterio que ya insinuamos en nuestra Estadística de la provincia capuchina de Valen­ cia (Valencia 1957) 5-6. Los anónimos van al final. Cuando conocemos el autoi de alguna obra anónima lo reseñamos en el nombre del autor, pero entie los anónimos hacemos la correspondiente referencia. Se incluyen los libros, opúsculos y artículos con valor de opúsculo que se han encontrado ; se excluyen los manuscritos. Siguiendo en cuanto ha sido posible las Normae pro bibliographia ca- puccmorum (Roma 1933), damos la descripción de la portada según sus caracteres y líneas. — XV I I —

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