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I N T R O D U C C I O N comisario general de nuestras misiones; P. José de Rafelbuñol (1792), que intensifica la observancia regular, y P. Antonio de Valldigna (1798), que renueva la vida del colegio de Monóvar. En 1775 es elegido definidor general el P. Domingo de Onteniente. En virtud de la bula Inter graviores, en el capítulo general celebrado en Madrid el día 4 de junio de 1880 es elegido ministro general el P. Juan de Valencia (f 1856), cuyo gobierno se ve opacado por inexplicables obs­ tinaciones, y definidor general el P. Gabriel de Borbotó (+ 1840). Entre los lectores que tuvo la provincia en este período son dignos de mención : P. Isidro de Murcia (f 1755), P. Pedro de Alcira (f 1757), P. Joa­ quín de Petrel (f 1777), P. Agustín de Vinaroz (f 1779), P. Francisco de Vinaroz (f 1789), P. Andrés de Valldigna (f 1805), P. José de Rafelbu­ ñol (f 1809), P. Antonio de Valldigna (f 1814) y P. Juan de Valencia (t 1856), todos ellos calificadores del santo oficio. La ambientaron de santidad las virtudes de Fr. Buenaventura de Olle­ ría (f 1806) y la piedad del P. José de Rafelbuñol (t 1809). Fueron óptimos predicadores: P. Andrés de Valldigna, P. José de Rafelbuñol y P. Gabriel de Borbotó. Fueron excelentes artistas los hermanos : Fr. Lucas de Valencia (f 1797), buen pintor, y apreciados arquitectos que dejaron obras notables Fr. Do­ mingo de Petrés (+ 1811), Fr. Dionisio de Valencia (+ 1811) y Fr. Antonio de Benimasot (f 1842). Pero la página más gloriosa de la provincia en este período es la mi­ sionera. Se da impulso notable a la misión de Santa Marta, a la que se envían repetidas expediciones ; y se fundan el hospicio de Santa Fe (1775), que sería el centro de las misiones circulares, y el convento del Soco­ rro (1785); sus misioneros influyeron eficazmente en la pacificación de los comuneros, especialmente el P. Joaquín de Finestrat (f 1811). El P. An­ tonio de Muro (f 1807) dio sabias ordenaciones para el gobierno de estas misiones. Debemos recordar los servicios a la patria prestados por nuestros reli­ giosos : en la guerra con Francia (1793) la provincia de Valencia envió veinte religiosos para asistir a nuestros soldados, cubriéndose de gloria el P. Pablo de Valencia (f 1812) por su heroica caridad ; en la guerra de la Independencia dieron ellos ejemplo de patriotismo, particularmente el P. José de Xérica (f 1812), mártir de la patria. Con la invasión napoleónica (1808-1812) y con el período constitucio­ nal (1820-23) recibió la vida religiosa golpes mortales, que sólo fueron su­ perados por la injusta ley de exclaustración (1835). Solamente hemos podido conseguir las siguientes fechas de supresión de nuestros conventos: Valencia (6 de agosto de 1835), Játiva (12 de agos­ to), Alcira (20 de agosto), Orihuela (23 de agosto), Masamagrell (30 de agosto), Callosa (31 de agosto), Onteniente (3 de septiembre), Monóvar (4 de septiembre), Ollería (7 de septiembre), Castellón (17 de septiembre), San Mateo (27 de septiembre) y Segorbe (23 de noviembre). X l l !