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6 4 0 - L a P rovincia C apuchina de N avarra -C antabria - A ragón fraternos y... La experiencia hasta aquí ha sido buena y positiva. ¿Qué más podíamos hacer? Al final nos decidimos por la unión definitiva y durante este trienio, con la ayuda de la provincia, hemos elaborado y discutido el Estatuto de la futura viceprovincia. Quisiera decir en este momento que todos los hermanos han estado enterados y participado en el proceso. Prácticamente la totalidad de los hermanos, cuando han sido preguntados personalmente, han contestado que están de acuerdo. Entre las razones de su aprobación destaco las dos más sobresalientes: la unión es buena de cara al futuro de los capuchinos ecuatorianos, y es nuestra posibilidad de futuro. Pero lo nuevo, además de producir expectativas, produce algunas dudas. Las resumo en dos: vamos a perder un poco nuestra identidad como grupo. Vemos el riesgo de que se pierda esa identidad misionera y la responsabilidad con la Iglesia de Aguarico. La clave no va a estar en la fecha de la unión (¿próximo capítulo misional?), sino en esa lectura respetuosa de las tradiciones de ambas circunscripciones: en qué entendemos por unidad...; en definitiva, en el “buen sentido”. Así de sencillo en el papel, como de complicado cuando se trata de instituciones y personas” (Bol.Of. 51(1996)265). Con fecha 1 de enero de 1997 el padre General, John Corriveau, firmaba el Decreto de unión con estas palabras: “Nos, con el consentimiento del Definitorio General, decretamos la supresión de la Custodia de Aguarico y su integración en la Viceprovincia de Ecuador, que comprenderá todo el territorio de la República del Ecuador” . Este Decreto se encuentra incluido en una carta dirigida a la Custodia de Aguarico y a la Viceprovincia de Ecuador, en la que se hace una breve historia de la presencia de los capuchinos en el país y los pasos últimos realizados para que el Definitorio General, en sesión del 10 de octubre de 1996, aceptara la petición de las partes interesadas y se llegara a la formulación de la unión (Bol.Of. 52 (1997) 17-19). Queda la conciencia de que los capuchinos de la misión han dado un paso bien reflexionado y plenamente aceptado, sabiendo los riesgos que conlleva para la vocación misionera en Aguarico. Queda, también, un pequeño sabor agridulce al leer la fórmula jurídica que se ha escogido para este proceso de unión: les

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