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C apítulo V il. A ctividad en U ltamar - 597 1.4. Poco después de la muerte de Mons. Alejandro Labaca, el padre Juan Santos Ortiz de Villalba dejaba la Misión de Aguarico, como él mismo afirma, simplemente porque había llegado el momento de iniciar una nueva etapa de su vida sacerdotal y religiosa. “ La muerte de Alejandro no fue ninguna razón en mi posterior decisión de trabajar en China” . “Me tomé los últimos meses para pensar, y entonces decidí que China podía ser el nuevo reto de los tiempos para un veterano como yo” (JSOV,14). 2. Primeras gestiones de una nueva aventura misionera 2.1. Por parte de la provincia esta nueva etapa se inicia en el segundo semestre del 88 con las gestiones del padre Eleuterio Ruiz, entonces Ministro Provincial, quien acoge con entusiasmo los deseos misioneros de Juan Santos. Es él quien intercambia correspondencia con el padre General, Flavio Roberto Carraro, con el obispo de Macau, D. Arquimio Rodrigues da Costa, y con el Superior de los Capuchinos de Filipinas. La idea era, en principio, realizar la fundación de una fraternidad capuchina en Macau, que sirviera de puente para el regreso a Pingliang. Participa en el diálogo epistolar el Provincial de los Menores en la circunscripción y el superior de la fraternidad franciscana de Hong Kong. 2.2. El 21 de enero del 89 el Ministro General enviaba al Ministro Provincial la obediencia para que Juan Santos se trasladara a Macau y a Filipinas, con la finalidad de gestionar sobre el terreno esta nueva presencia misionera. Desde Filipinas, con el padre Troadio de los Santos, Ministro Provincial, “para que constatara la realidad en persona y se animara así a asumir la parte correspondiente a la Provincia de Filipinas en esta nueva misión de China” (JSOV, 18), se dirige a Hong Kong y Macau. De esta visita primera a Hong Kong Juan Santos recoge en su informe a Roma algunas observaciones sobre el momento actual de la Iglesia China: “ a) una Iglesia que crece y se robustece cada vez más en los centros alejados del poder político; b) los lugares que fueron muy florecientes para la Iglesia

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