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C apítulo VII. A ctividad f . n U ltamar - 595 IV . M ISIÓN DE PINGLIANG 1. Introducción 1.1. Con la expulsión de los dos últimos misioneros capuchinos de la Provincia de Navarra-Cantabria-Aragón, los padres Femando de Dima y Julián de Yurre, el 31 de diciembre de 1953, la Misión de Pingliang, que tantos esfuerzos misioneros y tantas vidas había consumido, quedaba sometida a unporvenir totalmente incierto. Las puertas de entrada estaban cerradas; los cristianos y los sacerdotes sometidos a la clandestinidad y a la persecución. Se habían cerrado también las vías de comunicación y un velo denso y sombrío se había echado sobre esta parcela querida en la vida misionera de laprovincia. Parecía el final. Disponemos actualmente de un precioso texto escrito por Juan Santos Ortiz de Villalba, La Misión délos Capuchinos en Pingliang. Gestionespara unreencuentro (1990-1997), colección OPI, Pamplona, Curia Provincial, 1997. También hemos consultado la obra de Rufino María Grández, Arriesgar la vida por el Evangelio, Estella, Editorial Franciscana Aránzazu, 1989. 1.2. En 1984, uno de sus antiguos misioneros, Alejandro Labaca, que trabajaba como misionero en Aguarico y asumía la responsabilidad eclesiástica de aquella Iglesia como Proprefecto Apostólico, seguía soñando en su querida China. Aprovechando la posibilidad de realizar un viaje de tipo turístico, el único que entonces se permitía, el día 16 de julio del 84 salía para China con Juan Santos Ortiz de Villalba, también misionero de Aguarico. Pensaban permanecer dos semanas y aprovechar una pausa del viaje para acercarse a Pingliang, antigua sede de la Misión. El intento fracasó, pero pudieron establecer unos cortos contactos con el obispo de X i’ an y recabar alguna información sobre la Misión. Juan Santos resume así el resultado de este primer viaje: “De este viaje sacamos tres conclusiones: 1) que

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