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578 - L a P rovincia C apuchina de N avarra -C antabria - A ragón nuestra historia misionera, todos ellos llenos de una verdadera admiración: “Con el presente escrito he querido también testimoniar el reconocimiento de la Orden hacia los hermanos de la Provincia de Navarra-Cantabria-Aragón por los veinticinco años de presencia en las Islas Marianas, cuya transformación en Viceprovincia capuchina, dependiente de la Provincia de New York, es un hecho inminente. He sabido que aún viven algunos de los hermanos que trabajaron con gran celo apostólico en la Misión de Guam. Para todos ellos y cada uno de ellos en particular mi saludo personal y mi felicitación calurosa por ese su pasado silencioso y sacrificado que ha hecho posible este nuestro gozoso presente. La historia de la presencia capuchina de hermanos de la Provincia de Navarra-Cantabria-Aragón en diversos continentes y, más en particular en tierras hispanoamericanas, cuenta con un haber de muy buenos resultados en el campo de la propagación de la fe y de destacados éxitos en el de la implantación de la Orden” (Bol.Of. 37 (1982)19-20). En diciembre de 1988, el entonces General de la Orden, Flavio Roberto Carraro, en una carta al Provincial Eleuterio Ruiz, solicitaba que la Provincia asumiera México, porque “hemos llegado a la conclusión de que es la única salida posible” hace constar también esta característica misionera de la provincia: “Considerando el bri liante historial misionero de la Provinciade Navarra y su reconocida capacidad de generar vida en muchas partes del mundo” (Bol.Of. 43 (1988)11-12). 1.3. El segundo elemento que debemos considerar en este pórtico es la curva descendente de nuestra presencia misionera. A nadie se le oculta la preocupación que los misioneros experimentan al comprobar que sus vidas envejecen, sus fuerzas disminuyen y no existen capuchinos jóvenes que puedan tomar el relevo en las múltiples responsabilidades misioneras. Ciertamente la problemática misionera es reflejo de un fenómeno mucho más general: hay menos misioneros porque también disminuye notablemente el número de religiosos en laprovincia. Desde cada presencia misionera se reclama

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