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C apítulo V I . A c tiv id a d docen te , literaria y artística - 573 nuestros an tiguos conven tos de Pam p lona, Tafalla, Los A rcos, Lerín , incluso alguno de E lizondo (donde hubo un pequeño hospicio du ran te muy poco tiempo) y, hasta la fecha, p roven ien tes de la Bib lio teca de Fuenterrabía, ejemplares de Rentería, Bayona y alguno de Vera de Bidasoa (los liberales quemaron po r completa el convento de V e ra de B idasoa en la prim era guerra carlista). ¡Qué satisfacción da palpar esa riqueza bib liográfica de conventos com o Los A rcos, de donde proceden co lecciones de obras de Sag rada Escritura del siglo XVI, e incluso topamos de form a casual con obras ex trañ ísim as para la m en talidad h ispana y capuch ina de en tonces, como una edición alem ana de la Biblia de Lutero!. Sólo qu ien sabe leer la ca rta d irig ida po r nuestro padre General sobre el pa trim on io que nos han legado nuestros antepasados, puede darse cuen ta de la necesidad imperiosa que tenem os de dar térm ino rápido y feliz al ordenam iento informático de nuestros fondos bibliográficos. Pero el pa trim on io de la prov incia no está sólo en sus fondos lib rad o s; hay o tras muchas facetas que necesitan de nuestro m imo y conservación ; qu ien haya vivido algunos años en nuestro caserón de L ecároz (antiguo co leg io ) sabrá que allí hay un verdadero tesoro patrimonial etnográfico, bibliográfico e incluso artístico. Actualmente está todo muy bien cuidado y deberemos seguir este ritmo, mejorándolo si p rec iso fuere. Los hermanos de la fratern idad M adre del Buen Consejo de Lecároz han ido haciendo un inventario del patrimonio allí conservado: unas cuatro mil p iezas. Aunque artísticam en te no sean de demasiado valo r, la colección de cuadros de la v ida de San Francisco pin tados en el m ismo co leg io de Lecároz a p rincip ios del siglo XX por el tu ro lense Ram iro Ros Ráfales, rep resen ta una riqueza p ictó rica de alto interés, m áx ime sabiendo que tom aba como modelos a los relig iosos que en tonces formaban parte de aquella comunidad. Ob ra de este p in to r es tamb ién el V ia C rucis de la ig lesia colegial, hoy ocupa un puesto de hono r en el tem p lo conventual y parroquial

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