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5 3 0 - P r ovin cia C apu ch ina de N a v a r r a - C a n t a b r ia - A ragón * El m in isterio de la pred icación , que fue tan brillan te en otras épocas de este siglo, ha d ism inu ido . Se han perdido las “M isiones Popu lares” tan específicas de los capuch inos, y son pocos los relig iosos que están liberados p a ra segu ir sirviendo al pueblo en novenas y ejercicios espirituales. * El m in isterio parroqu ial ha ten ido años de gran florecim iento. Han sido muchas las parroqu ias urbanas y rurales que se han fundado y otras han desaparecido . En la actualidad , como se vio con claridad en el Cap ítu lo Prov incial Ex traord inario de ju n io de 1997, hay una gran crisis de personal capacitado y con vocación para segu ir trabajando en las parroqu ias. A lgunos relig iosos po r edad o cansancio no se sienten con fuerzas para llevar el ritmo de las parroqu ias urbanas, con tan ta abundancia de reun iones y grupos; o tros, los pocos jóv en e s que tiene la prov incia, optan po r unas fratern idades de inserción y com p rom iso con los más marginados. Todo esto es un p resag io de que el m in isterio parroqu ial tiene mal futuro. Hay que reconocer con hum ildad franciscana que la escasez vocacional y las lim itaciones de un personal muy envejecido son causas de que en estos últimos años com ienza a p roducirse un descenso en la activ idad apostólica. * Se nota en los relig iosos jóv en e s una p referencia po r en focar su v ivencia capuch ina entre los pob res y m arg inados de la sociedad, o en la vida m isionera en el Tercer mundo, dejando en un segundo p lano la pastoral conven tual, parroqu ial o de enseñanza en colegios.

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