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3 9 0 - L a P r o v in c ia C a p u c h in a de N a v a r r a - C a n t a b r ia - A rag ó n postconcilio la formación in icia l habría de realizarse bajo el signo del cambio, de lo distinto, de la búsqueda, más allá de toda provisionalidad. 2. Los árbitros En etapas anteriores, y al estar la formación tan estructurada, no era necesaria ninguna mediación de arbitraje. En esta etapa, dada la enorme conflictividad a la que a veces se llega en tomo a los centros de formación o a situaciones concretas, se requiere la mediación de un árbitro. Con frecuencia los problemas de formación se llevan al Capítulo, pero éste suele delegar en el Defínitorio. Otras mediaciones como el Consejo Provincial parecen más efectivas. Con ello se quiere hacer entender algo que a la provincia le cuesta ver: que la cuestión de la formación es de incumbencia provincial, no sólo asunto de la Comisión de Formación. No obstante, es ésta quien, casi siempre, ha de solucionar los problemas para que no queden en un impasse. 3. Fraternidad formadora E l mayor escollo que la formación inicial ha encontrado en estos últimos lustros es percibir que no se llega a ese anhelo tantas veces manifestado de que toda la fraternidad llegue a ser formadora. Tanto en este tema, como en el de la pastoral vocacional, el saldo final de este período no resulta muy positivo y queda como un reto para el siguiente. 4. Una siembra La brevedad de este capítulo pudiera dar la impresión de que la fomiación inicial haya caminado sin rumbo en estos últimos veinticinco años. Nada más erróneo. Bien mirado, este período tiene una uniformidad y una solidez envidiable, si se tiene en cuenta el marco social, eclesial y fraterno en el que se inscribe. Y lo que no cabe duda
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