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3 8 0 - L a P r o v in c i a C a p u c h in a d e N a v a r r a - C a n t a b r i a - A r a g ó n podían apremiar el servicio sacerdotal. En este servicio se llegó a descubrir el sentido de la gratuidad y de su belleza evangélica. Economía saneada Los hermanos vivíande sutrabajoy sudor. Se evitó toda superfluidad y exageración. Su ayuda a la economía provincial fue sustanciosa. La fraternidad optó por desprenderse de todo lo necesario sin contrariedad alguna. Pruebas del Señor A los dos años de estadía el hermano Manuel Labaka, con su salud muy precaria antes de su incorporación al grupo, que no resistía los pequeños servicios de casa, enfermó gravemente. Se le trasladó a la enfermería provincial. Al año largo, tras caídas y recaídas en su enfermedad, el Señor lo acogió en su seno. Con su ausencia se perdieron ciertos valores sencillos. Otra prueba. Esta vez lo desagradable nos llegó desde el roble. El hermano Julián, vicario, pasó por el quirófano. Le extirparon un riñón, el bazo y una masa carnosa. Las esperanzas nos vinieron de arriba. El roble volvió a ser lo que fue. Unos vecinos más La fraternidad despertó simpatía. No era un grupo fantasma. Confiaban en nosotros. Recurrieron a nosotros en busca de pan, de perejil, pequeñas ayudas de buena vecindad. Llevamos lapresidencia del inmueble más tiempo de lo que nos correspondía. Se abrió nuestra sala para las reuniones. No teníamos nada que ocultar. Al despedimos hubo quien nos dijo que si nos habían tratado mal. Lo sintieron. Pero llegó la hora y aquella nueva presencia de nuevo estilo dejó de existir. Había otras prioridades. Palabra de un hermano: “hemos vivido en el cielo; ahora nos espera del purgatorio para abajo” .

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