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C apítulo III. L a vida de las fraternidades - 363 siempre cada postulante podía contar con habitación individual, pero la ilusión juvenil pasaba por encima de estos inconvenientes. En 1979 se establece aquí el Postulantado de la provincia, según las normas recientes de que este proceso formativo había de durar dos años, como se explicará en el capítulo de la formación. Se inaugura esta fraternidad en septiembre con un curso de postulantes: 4 postulantes y 3 profesos: Juan Miguel Echaide, guardián; Juan María Castro, responsable de postulantes; Juan Carlos Andueza, estudiante. Al año siguiente (1980-1981) ingresan cinco nuevos postulantes; la fraternidad entera son doce. El postulantado rezuma frescor de vida; reina un clima fácil de oración y de ilusión. Se ha formado un verdadero ambiente de familia. La casa lo está propiciando y los hermanos de esta familia juvenil cuentan con el respaldo cariñoso de las Blancas, que se portan como hermanas y, en cierto modo, madres. Además en aquel momento los grupos franciscanos de San Antonio, de los que proceden varios de losjóvenes postulantes, son también aurabenéfica y estimulante para el clima sano de la casa. Cuando ya va adelante el segundo año, se comienza a notar la estrechez del lugar, pero la ilusión no decae. Sobre un ritmo espiritual serio, la ocupación que llena las horas de trabajo es el estudio en el Centro Superior de Estudios Teológicos de Pamplona para la mayoría. Comenta el cronista en el segundo año: “ En los tiempos en que nos dejan libres las clases y la formación, las labores son de lo más variado: atención de subnormales, clases a disminuidos, colaboración en grupos franciscanos, Medicus Mundi, catequesis parroquiales en nuestro convento de extramuros, producción vocacional, dirección de misas en San Antonio y en las TerciariasCapuchinas de Burlada. (...) Como actividades comunitarias, y además del mes de trabajo y oración realizado durante el verano en el monasterio de Capuchinas de Gea de Albarracín, han sido