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3 58 - L a P rovincia C apuchina de N avarra -C antabria - A ragón diálogo abierto; en una palabra, todo se organiza en común lo mismo ad intra que ad extra. Todos los hermanos por convicción trabajan: unos, en trabajos materiales, otros, en colegios y, todos, en el barrio deseando llegar hasta los más alejados y tratando de comprender sus costumbres y cultura. Una experiencia rica en todos los aspectos. Una cosa es cierta: los capuchinos viven su cercanía con el pueblo. Para nadie pasa desapercibida esta presencia de religiosos. Hasta los más fríos en cuestión reí igiosa tienen relación con ellos en asuntos sociales y laborales. El grado de inserción es grande: participan en todos los movimientos populares; las gentes reclaman su colaboración y piden consejo en momentos de más dificultad. Se ha creado un ambiente de familia en torno a la parroquia que difícilmente se olvidará. Todos los movimientos populares del barrio han nacido en la parroquia; nadiepuede negarestarealidady el pueblo estaráeternamente agradecido. De ahí la simpatía que se respira por los religiosos. Conclusión de la fraternidad Con la llegada de la democracia, la situación va cambiando. Se respira un ambiente de más serenidad. Los ánimos no están tan exaltados. Hay más facilidad para el diálogo. Es el momento de evaluar y hacer una síntesis de lo realizado hasta el momento. Por una parte, es más fácil orientar la vida cristiana: el ambiente no está tan politizado. Por otra, se corre el riesgo de volver a unos planteamientos tradicionales y de menos compromiso. Hay que ejercitar lacreatividad y la imaginación para resituar laevangelización en un contexto que ha cambiado y para potenciar los agentes de pastoral comprometidos que han descubierto la verdadera dimensión cristiana. El Consejo Pastoral hace un discernimiento serio y profundo sobre la nueva evangelización a llevar en la parroquia. Hay cierto
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