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140 - L a P r o v in c ia C a p u ch in a d e N a v a r r a -C a n t a b r ia -A r a g ó n los religiosos junto a los fíeles; éstos en algunos lugares recitan las Laudes con los "frailes". Con la introducción de las misas vespertinas en todas nuestra iglesias, se ha perdido, salvo excepción, la práctica de la exposición y adoración del Santísimo Sacramento, antes o después del rezo del rosario. De ciertas expresiones de los religiosos se puede deducir que la recepción del sacramento de la reconciliación que, en general, se practicaba durante el tiempo de la oración en común, se viene haciéndolo fuera del convento, en iglesias o santuarios de las grandes ciudades. Resulta también algo difícil, a fuer de delicado, valorar las diversas prácticas de piedad. Es cierto que los organismos provinciales responsables de la animación espiritual ofrecen celebraciones franciscanas, vocacionales y otras que consiguen congregar a los religiosos en determinadas fechas y en otras reunir a diversas fraternidades. 3.2. Vida de fraternidad En los primeros años de este cuarto de siglo han continuado las experiencias de vida fraterna, buscando lugares de inserción entre los marginados. La pertenencia a la fraternidad u Orden, en la que recibimos el don de los hermanos, clérigos y laicos, no ha despertado tanto entusiasmo como la pertenencia a la fraternidad concreta, casa local o presencia, de la que se forma parte dentro de la Provincia, Viceprovincia o custodia y grupos similares. Se ha hablado, se ha escrito y se ha dialogado mucho en torno al valor de la fraternidad en abstracto; menos de la fraternidad como realidad concreta del vivir cotidiano, en el que unos necesitan de los otros, de esa presencia que brinda oportunidades para vivir con más desahogo e ilusión la vocación en sus dos aspectos de carisma y misión particulares, en una concretez cotidiana, humana y feliz.