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138 - L a P r o v in c ia C a p u ch in a d e N a v a r r a - C a n t a b r ia -A r a g ó n modernidad rescatada, que existe, aunque sólo sea como concepto. "Se trata del siguiente "experimento conceptual": ¿Qué sucede si tomamos las grandes adquisiciones positivas de la modernidad, -las ciencias positivas, las nuevas técnicas, la democracia política- y las desconectamos del "paradigma de certeza" para ver si se pueden situar en el "paradigma de la vida"? Suceden muchas cosas y muy interesantes. Ante todo el "progreso moderno" pierde su carácter unívoco y monológico. Aparece un real pluralismo de inspiración, tradiciones históricas, actitudes, posibilidad de orientación y analogía. Eso que en otro lugar he llamado "la nueva sensibilidad"5. La citada modernidad, como tentativa para retardar la muerte de la Ilustración, así como la vuelta a la Cristiandad, no ha influido apenas en el proceso de búsqueda de la identidad del capuchino actual y en nuestro final de siglo y de milenio. Por el contrario, la cultura cristiana y no cristiana que se enfrenta con una mentalidad desintegradora y destruida en sus criterios, "pensiero debole", y en cuanto ha puesto en cuestión los dogmas monolíticos de la modernidad materialista y agnóstica, creada por la Ilustración, ésta sí que ha podido mover los hilos del proceso de búsqueda de la identidad y empeño de renovación y adaptación de la Provincia. En ella se han vivido las preocupaciones que la Iglesia siente para que el hombre moderno afronte la cultura cristiana, la teología, la experiencia de Dios, cada uno en su ambiente, con el fin de que se recupere y asigne el papel y la legitimidad de la fe cristiana enesa nueva imagendel hombre y del mundo, que se está consiguiendo. Este esfuerzo de identidad, renovación y adaptación al mundo y a la Iglesia ha sido verdad, al menos en teoría y optimismo; pero cuando se habla de la sociedad postmoderna en dichos planos se ha convertido en una auténtica entrega, aunque, al gusto de algunos, no haya sido bien encauzada, y según otros, no bien lograda. Las notas que caracterizan la identidad franciscana son bien conocidas. Sobre los esfuerzos a nivel de Iglesia y Orden han